Asocian óvulos donados con complicaciones en gestación

Por Biut y Agencias

Las mujeres que usan óvulos donados para quedar embarazadas por fertilización in vitro (FIV) tendrían más riesgo de sufrir complicaciones gestacionales potencialmente peligrosas que aquellas que utilizan la FIV tradicional.

Las mujeres que quedan embarazadas con FIV -en la que se fecunda un óvulo en el laboratorio y luego se implanta en el útero- ya tienen más riesgo de desarrollar preeclampsia (aumento de la presión durante el segundo o tercer trimestre e imposibilidad renal de retener proteína).

Ahora, parece que usar un óvulo donado quizás eleve aún más ese riesgo, aunque los médicos opinan que se necesitan más estudios para confirmarlo.

“Los resultados no deben alarmar ni atemorizar. En cambio, deben ayudar a los médicos a comprender qué causa la preeclampsia y cómo orientar a las pacientes en riesgo”, dijo el doctor Peter Klatsky, autor principal del estudio realizado en el Hospital de Mujeres e Infantes de Providence, en Rhode Island.

Aunque es algo relativamente común, poco se sabe sobre la preeclampsia. Afecta a uno de cada 20 embarazos y la única cura es el parto.

En las mujeres con un bebé a término (por lo menos 37 semanas), los médicos tienden a inducir el trabajo de parto. En aquellas con menos meses de gestación, los médicos controlan los síntomas para evitar que se agrave.

El equipo de Klatsky comparó los resultados en 77 mujeres que habían tenido un bebé con óvulos donados entre 1998 y el 2005 con 81 mujeres que habían logrado un embarazo con FIV y sus propios óvulos.

Los resultados, a publicarse en la revista Obstetrics & Gynecology, demuestran que el 5 por ciento de las mujeres tratadas con sus propios óvulos desarrolló preeclampsia, comparado con casi el 17 por ciento de las usuarias de óvulos donados.

Este segundo grupo fue también más propenso a desarrollar hipertensión sin problemas renales y a tener un parto prematuro.

Además, las participantes que quedaron embarazadas con embriones previamente descongelados tenían más riesgo de desarrollar preeclampsia que las usuarias de embriones sin congelar. Para Klatsky, ése es un efecto que valdría la pena analizar en futuros estudios.

El experto agregó que los resultados sugieren que los médicos deberían controlar bien a las pacientes que quedaron embarazadas con óvulos donados para identificar todo signo de preeclampsia.

La doctora Sacha Krieg, obstetra que estudia infertilidad en el Centro Médico de la Kansas University y que no participó del estudio, coincidió con la necesidad de que los médicos orienten y controlen a las pacientes en riesgo de desarrollar preeclampsia.

Pero aconsejó no sacar demasiadas conclusiones de un estudio tan pequeño.

Con solo mirar hacia atrás a los registros de las mujeres que ya tuvieron bebés, Krieg dijo que hay que esperar que los nuevos estudios incluyan a las mujeres que acaban de quedar embarazadas y controlen su salud en el embarazo.

Aunque son más difíciles de realizar, esos estudios les proporcionan a los investigadores información más precisa.

Klatsky y Krieg aspiran a que esos estudios proporcionen claves sobre la aparición de la preeclampsia.

Contar con más información ayudaría a “desarrollar mejores tratamientos y caminos para prevenirla, además de mejores formas de asesorar a las pacientes sobre sus riesgos”, finalizó Klatsky.

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