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Lencería “antiviolación”, una forma más de ridiculizar las agresiones sexuales

Ropa interior que desprende cargas eléctricas, trajes de dispensador de bebidas y medias con pelos. No es ficción, sino una serie de productos que pretenden prevenir abusos sexuales contra las mujeres, pero que lo que hacen es disfrazar un problema que es real, dándole una mirada humorística.

Por Andrea Hartung / @jartung

Ropa interior que desprende cargas eléctricas, trajes de dispensador de bebidas y medias con pelos. No es ficción, sino una serie de productos que pretenden prevenir abusos sexuales contra las mujeres, pero que lo que hacen es disfrazar un problema que es real, dándole una mirada humorística.

La semana pasada vimos por internet una serie de prendas diseñadas con el objetivo de evitar violaciones. Lo que más llamó la atención fue el denominado SHE (Society Harnessing Equipment), un conjunto de prendas que, en caso de ser activadas, desprende la fuerza de 3800 watts, y envía un mensaje a la familia de la víctima y a la policía con su ubicación.

Antes, ya habíamos visto medias diseñadas para que dieran la impresión de que las mujeres que las usan no están depiladas. Vimos incluso disfraces, para que en vez de mujer, la persona pareciera una máquina dispensadora de bebidas.

Pero ¿es esto una verdadera solución contra las agresiones sexuales? Pues no. Proteger la zona íntima de una mujer con descargas eléctricas es tan mundano como ponerles un calzón de castidad ¿no les parece?

O peor aún, es darle en el gusto a las personas que aseguran que las mujeres agredidas sexualmente se exponen a este tipo de ataques por su forma de vestir. No uses faldas cortas y no mirarán tus piernas.

Si es así, prohibamos la ropa entallada, los escotes y lo que sea que muestre piel. Que las mujeres tengan que caminar evitando el contacto visual con otros hombres, para así no provocarlos.

Y por supuesto, dejemos de depilarnos, maquillarnos, o hacer cualquier esfuerzo por resaltar los atributos que tenemos.

Y entonces ¿qué pasa con mi libertad de vestir como quiera, como me sienta cómoda? ¿Y qué pasa con el deber de respetarnos entre nosotros y comunicar nuestra femineidad también con nuestra ropa?

Lo único que se logra con esta lencería “antiviolación”, es aceptar que las cosas “son como son” y que en vez de exigir respeto, las mujeres debemos escondernos y así esperar que, si tenemos suerte, no provocaremos a nadie.

¿No parece acaso una forma diferente, o por decirlo así, más creativa, de agresión contra la mujer?

(Fuente imagen: Gizmodo)

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