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Flaviana Seeling relató el castigo que recibió en su infancia por romper unos adornos de su madre

Aunque la ex Axe Bahía recuerda la situación con humor, especialista en salud mental infantil advierte sobre los efectos negativos de los castigos y de normalizar este tipo de situaciones.

Por Javiera Kessra

Beto Espinoza, Eugenio Figueroa, Araceli Vitta y Flaviana Seeling fueron los comensales encargados de darle vida a un nuevo capítulo de “La Divina Comida”. Y como es habitual, además de cocinar para sus invitados, cada anfitrión recibió un regalo de sus compañeros. 

En este contexto, Espinoza le otorgó un obsequio a Flaviana que tenía relación directa con su infancia. Y al abrirlo, la ex Axe Bahía se rió y contó la historia detrás de la pelela y la ampolleta que le regalaron. 

Flaviana

Imagen: Captura Instagram @LaDivinaComidaCHV

“Yo sabía, desde chiquitita, que no podía quebrar ninguno de los cristales que mi mamá tenía, pero las nanas de repente quebraban algo, entonces me decían ‘tú no quieres que me echen, ¿no?, entonces si tú dices que quebraste, tu mamá no va a hacer nada, pero si yo lo digo, me van a echar’. Entonces yo le decía ‘mamá, te quebré algo'”, comenzó el relato.

“Mi mamá sabía que yo tenía clarísimo que no podía tocar nada, entonces me dejaba encerrada en la habitación y me sacaba la luz. Y en una de esas oportunidades tenía ganas de hacer pipí y no me dejaba salir de la habitación. Y mi mamá le dice a mi nana que me diga: ‘dile que haga pipí en el suelo’. Y me hice pipí en el suelo poh, contó, entre risas, asegurando que para ella fue “un castigo chistoso, que me marcó y nunca me voy a olvidar”, comentó.

Flaviana

Imagen; Captura CHV.

Castigos y golpes en la crianza: ¿qué dicen los especialistas?

Aunque Flaviana recuerda la situación como “un castigo chistoso”, son varios los especialistas que advierten sobre las consecuencias de normalizar este tipo de situaciones.  Sin ir más lejos, hace un tiempo, la psicóloga infanto-juvenil Varinia Signorelli, abordó esta temática en una columna publicada en Biut.

“Ser castigados por nuestros padres, golpeados con coscachos, tirones de oreja, palmazos en el “poto”, entre otras. O agredidos emocionalmente con gritos, insultos, amenazas, burlas e ironía, nos deja propensos a una peor salud mental en la adultez. Y por favor, no me diga que a usted le pegaron y está súper bien, porque es la primera señal de normalización del maltrato y es lo primero que demuestra que usted está muy dañado“, asegura la experta.

Imagen: Captura de Chilevisión

Imagen: Captura de Chilevisión

En la misma publicación, la psicóloga enfatiza en que “los castigos no convierten a los niños en mejor persona. El castigo genera dolor, genera rabia y ambas son emociones que no podemos matabolizar solos en la infancia, necesitamos de nuestros padres que nos ayuden. Pero ¿Cómo se hace cuando son mis padres los que me generan esa rabia o ese estrés? No hay mucha salida ahí, más que un círculo vicioso de más miedo, inseguridad y rabia que no ayuda a un buen desarrollo infantil. El castigo produce efectos colaterales problemáticos y no enseña conductas nuevas. Produce que los niños nos tengan miedo, nos mientan, nos oculten sus problemas y se sientan solos”, advierte.

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