Dónde trabajar part-time en la capital

Por Biut y Agencias

Mientras estudiaba odontología, Fernando Concha (31) trabajó en una sala de ventas de Honda Motors. En su primera entrevista de trabajo, le fue bien. A su jefe le gustó que ya tuviera experiencia tratando con público.

La sicóloga laboral, Verónica Puig, asegura que esto se debe a que “los estudiantes que hacen trabajos part-time aprenden del mundo de las organizaciones y desarrollan habilidades blandas que no se desarrollan en la universidad, como el trabajo en equipo, orientación a resultados y liderazgo”.

La experiencia de Fernando, la repite ahora su hermano Cristóbal (25). Mientras estudia derecho, trabaja los sábados en la mañana en una sucursal de Ditec Automóviles (Volvo, Porsche, Jaguar, lan Rover). Ahí se convierte en apoyo de los vendedores en un día clave para el rubro. Y los $ 15.000 que recibe por cada jornada le permite cubrir sus cuentas y gustos. “Juntas bastante plata sin que te quite tiempo para la universidad en la semana. Y si te gustan los autos, la pega es perfecta. Desde los 20 años estoy manejando autos que quizás nunca voy a poder comprar”, dice.

El gerente comercial de Volvo, Alfredo Gantz, dice que la política de contratar jóvenes corre desde 2005 y está satisfecho, porque afirma que logran compromiso.

Así como Ditec Automóviles, otros distribuidores se han sumado a la tendencia. En Bruno Fritsch Toyota, de Las Condes, comenzó hace ocho meses.

Benditos en Maldito Chef

Recibieron mujeres hasta fines del año pasado, ahora los estudiantes que siguen trabajando en la sanguchería gourmet de Christopher Carpentier, Maldito Chef, son sólo hombres, “porque son más aperrados y no creen que un trato seco sea mal trato”, explica Juan Manuel Tagle, uno de los cerebros detrás de este proyecto del chef nacional.

Dice que hay flexibilidad para que acomoden clases y pruebas, pero que ahí se trabaja. Les exigen casi lo mismo que a un garzón con oficio y les pagan igual: el sueldo mínimo más propinas. “Los jóvenes refrescan la escena, le dan una cuota de informalidad que le viene bien en este lugar. Le dan ‘onda'”, opina Tagle.

Proactivos y cómodos

Futuros abogados, médicos e ingenieros comerciales son parte del staff de apoyo de Amelia Izquierdo, hija de Amelia Correa, la reconocida banquetera. “Lo más importante es que sean proactivos”, dice con convicción luego de 15 años de recibir estudiantes que, en general, buscan aumentar su mesada con los $ 15.000 que reciben por noche en promedio.

Las cafeterías son otro de los rubros preferidos por los jóvenes para emplearse mientras estudian. La gerente de recursos humanos de Starbucks Chile, Francesca Faraggi, cuenta que el promedio de edad de los baristas y supervisores es 23 años y que si bien los chicos que atienden estudian carreras como medicina, enfermería, derecho, ingeniería civil y publicidad, las más comunes son administración de empresas, diseño, teatro y sicología.

No es el caso de Romina Valentini (23), que estudia educación diferencial en la U. Santo Tomás, pero sí el de alguien que calificó apenas se presentó en las oficinas centrales de la cadena internacional de café. “Ellos buscaban alguien que supiera atender bien y con valores y yo, un lugar donde ganar lo suficiente para pagar mis estudios y donde me dieran permiso para preparar mis pruebas”. Desde 8 AM hasta las 4PM está en la universidad y media hora después llega a la tienda que está en Nueva Costanera. “Llevo cuatro años, no siempre en el mismo local. (…) Hay veces en que me da lata, pero apenas pongo un pie allá se me pasa todo, porque los lazos de amistad que tengo con mis compañeros es fuerte”.

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