¿La verdad? Muchas mujeres no quieren trabajar

Por Biut y Agencias

En Inglaterra la pelea está que arde. Hace pocos días, un informe de los políticos de ese país concluyó que las mujeres necesitaban más espacio en la discusión pública y que la mejor medida para combatir esa deficiencia era exigir un mínimo de ellas como candidatas a puestos en el Parlamento. Muchas inglesas recibieron con satisfacción la noticia, pero una echó mano a las estadísticas y se negó a esta posibilidad. Se trata de la doctora Catherine Hakim, una reputada investigadora de la Escuela de Economía de Londres y experta en inserción laboral femenina, quien no ha dejado de levantar polémica desde la publicación, hace pocos días, del informe Mitos feministas y la medicina mágica. Lo que exige es simple: basta de darle privilegios a las mujeres y de tramitar leyes que beneficien su llegada a la cima del mundo laboral. Muchas de ellas, dice, simplemente no quieren seguir este camino. Es más, si les dieran la oportunidad, no trabajarían y se quedarían en sus casas siendo mantenidas por sus maridos.

Lo que Hakim plantea es que no se trata de que las leyes que buscan incorporar a la mujer al mundo laboral o eliminar por completo la brecha salarial sean deficientes, sino que están fallando en un punto clave: preguntarles a ellas qué que quieren hacer. En una de sus propias investigaciones, que dan vida al informe publicado por el Centro de Estudios Políticos de la Escuela de Economía de Londres, Hakim explica que “las preferencias de las mujeres en el siglo XXI” siguen distribuyéndose según el patrón más tradicional, es decir, con un grupo de mujeres que dedica su vida al trabajo, que va desde el 10% al 30%, otro que busca balancear la vida laboral con su preocupación por la casa, que varía entre el 40% y el 80%, y un último, que se mueve entre el 10% y el 30%, que centra su existencia en el hogar y cuidar a los hijos. De una realidad similar habla el último informe de Desarrollo Humano en Chile del PNUD, que asegura que 21% de las mujeres nunca ha trabajado, estando 80% de ellas casadas.

Aunque rupturista, Hakim no está sola en esta apreciación. Un estudio del sociólogo y director del Instituto de Filosofía y Sociología de Polonia, Henryk Domanski, quien comparó 22 países europeos, llegó a la conclusión de que en todas las naciones, salvo siete, las mujeres se casaban con hombres con más educación que ellas, o sea, hombres que, en la mayoría de los casos, ganaban más que ellas.

Sobre esto, y sustentando su teoría en el respeto por la elección de lo que las mujeres quieran hacer con su vida, Catherine Hakim dice que las aspiraciones de las mujeres de casarse “hacia arriba” sugieren que “depender financieramente de un hombre no ha perdido ningún atractivo, incluso tras la revolución de la igualdad de oportunidades. Los roles familiares simétricos no son el ideal perseguido por la mayoría de las parejas, a pesar de ser populares entre la minoría de profesionales altamente educados”.

Andrea Revuelta (39) se quedó en la casa. A pesar de haber estudiado Ingeniería Comercial en la PUC y conseguir un excelente trabajo al egresar. Pero en ese momento se casó y comenzó a tener hijos, dándose cuenta de que el dinero de su marido alcanzaba para sostener con holgura a la familia. No lo pensó dos veces: colgó el título para ver crecer a sus hijos. Y no lamenta haberse retirado. Asegura que con su marido nunca han peleado por dinero: “Compro todo lo que quiero y él nunca me cuestiona nada de lo que gasto. Mi marido es muy generoso, vivo muy feliz, y además él sale a las cinco de la tarde de la pega, así que hacemos muchas cosas en familia”.

Es imposible desconocer los beneficios de las políticas que en todo el mundo han permitido la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres, pero quizás no se está considerando que, para un cierto grupo, la carga de una carrera laboral simplemente se hace demasiado pesada. Es por esto que muchas chilenas, de darse las condiciones, preferirirían quedarse en la casa. Así lo muestra una encuesta realizada en conjunto por La Tercera y la Universidad Mayor.

Resultados encuesta

– 57,5% de las mujeres trabajadoras preferiría dejar su carrera para tener tiempo de dedicarse a los hijos y la casa, si las circunstancias económicas lo permitieran.

– 43,4% ha pensado alguna vez en que le hubiese convenido casarse con un hombre que ganara mucho más dinero que ella.

El académico Edmundo Campusano, de la Escuela de Sicología de la U. Mayor, cree que esta añoranza no es rara, ya que “nuestro país está en una transición cultural respecto a lo que significa ser hombre y ser mujer. Ellas quieren salir al mundo público, ser competitivas y trabajar, pero también ser mamás y cuidar de una familia”. Por eso, asegura el sicólogo, experimentan una fuerte carga, y “no es raro encontrar que en alguna parte, como ilusión, como deseo, ellas se permitan la idea de no trabajar más”.

Por su parte, Hakim explica a La Tercera que, aunque políticamente incorrectos, estos números no son extraños, pues “la mayoría de las mujeres quiere tener hijos, y la mayoría de las madres prefiere, idealmente, criar a sus hijos ellas mismas. Obviamente, esto requiere un marido que pueda mantener a una familia completa sólo con su salario o con una pequeña contribución del trabajo part time de la mujer”.

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