Lo nuevo en joyas: merkén, cochayuyo y lana de alpaca adornan este invierno

Por Biut y Agencias

Ona y Alga son los nombres de las dos nuevas colecciones invernales de Casa Kiro Joyas, marca de la arquitecto Vania Ruiz. A su paleta de texturas y colores que incluyen materiales como cochayuyo, merkén, quínoa y ají cacho de cabra se suman ahora la incorporación de lana de alpaca combinada con crin y plata.

“La colección Alga nace un día que fui a recoger cochayuyo a la playa y me fijé que enredadas en las hojas de esta particular alga, venían un sinfín de pequeños objetos de diversa naturaleza que fue arrastrando a su paso. Entonces yo quise hacer lo mismo y fui tomando todos aquellos pequeños objetos que encontré en mi taller, muchos de los cuales habían esperado largo tiempo antes de hallar su destino. Así, inspirada por esta alga y su ecléctica recolección, me tomé la libertad de combinar lana de alpaca, crin de caballo, resinas, cochayuyo, cristales y plata creando formas orgánicas, que envuelven la piel  trayendo consigo pequeños tesoros encontrados”, sostiene Vania Ruiz.

La colección Ona se inspira en el trabajo de pintura corporal de esta extinta cultura patagónica. Su desarrollo se basa en uno de los últimos y únicos registros fotográficos que hiciera el antropólogo alemán Martín Gusinde en 1923 antes de que desaparecieran. Utilizando pigmentos blancos, negros, ocres, tonos cremas e ingeniosas técnicas, los Onas creaban verdaderas obras de arte en sus cuerpo con los cuales personificaban a temibles espíritus durante la ceremonia del Haín.

Con la lana de alpaca y las formas circulares del crin Vania busca evocar los colores y parte de las formas que pintaban sobre sobre sus cuerpos reinterpretados en versátiles joyas flexibles que pueden adoptando varias formas sobre el cuerpo.

Desde su nacimiento en el 2009 la marca Casa Kiro, ha venido experimentando con diversos materiales locales no convencionales en la orfebrería, pero que sin embargo forman parte de nuestro imaginario cultural y tradiciones ancestrales. “Me gusta la idea de tomar elementos locales que han sido algo subvalorados –mirados a huevo- por la cultura actual, para ponerlos en valor desde una nueva perspectiva. Creo que esta búsqueda inusual no solo se traduce en la originalidad de mi trabajo, sino que además le imprime un cierto sentido del humor (y del amor) a cada pieza”, asegura.

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