Julia Fernández de a poco ha ido retomando su vida y sus actividades luego del accidente automovilístico que vivió junto a su pareja, Ignacio Lastra.
Una de sus últimas apariciones fue en los Copihue de Oro, pero a través de Instagram ha ido informando el progreso que han tenido junto a su pololo tras el accidente. Sin embargo esta vez usó su cuenta enviar un mensaje fuerte y claro a la sociedad machista.
“Una cosa yo voy hablar… todos hablan de las perfecciones impuestas por la sociedad… no soy mala por no seguir los patrones, sólo tengo el coraje de ser quien yo quiero ser… aprendí a amar la vida, aprendí que la madre de la ciencia es la paciencia, aprendí a tener más gratitud y lo más importante humildad”, así comienza el texto de Julia.
La modelo luego agrega que “no importa las cosas buenas que haces o las batallas que enfrentaste para llegar donde estas, si no sigues los patrones de la sociedad ‘sea linda, tierna, cocine, limpie, pórtese como una princesa’ perdiste tu valor como mujer… tenemos que empezar a apreciar nuestro propio valor”.
La brasilera explica que por la vida dura que le tocó vivir es como es, una “mujer atrevida y fuerte” pero también le recuerda que es vulnerable como mujer. “Estoy cansada de que la mujer tiene que ser perfecta y ni se te ocurra envejecer… Aún me estoy descubriendo en este mundo que constantemente me dice que estoy muy gorda o muy flaca, que me dice que vestir y como me portar… a la mierda… yo soy quien yo quiero ser y tengo los cojones para esto… soy dueña de mi misma y no dependo de nadie… soy mujer y merezco respecto, independiente de cómo me visto, o mi color, mi nacionalidad, edad, religión”.
Finalmente la polola de Ignacio entrega un mensaje a todas las mujeres: “sean quién quieren ser, sin dañar a nadie, tengan respeto por el prójimo y humildad porque la vida da vueltas mis amigos… olviden los estereotipos de perfección que la sociedad te pone y sea quién quiere ser y ame lo que tenga ganas de amar… sea feliz con lo que te hace feliz, los que se destacan son los que son distintos. Que viva el imperfecto”.
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