Una japonesa ha lanzado una campaña en internet para poner fin a la costumbre de que las mujeres lleven zapatos de tacón al trabajo, una iniciativa inspirada en el #MeToo y que ha recabado decenas de miles de apoyos en Japón.
Yumi Ishikawa, una actriz y modelo de 32 años, comenzó de forma involuntaria este movimiento de protesta en la red al tuitear a finales de enero un mensaje donde relataba su sufrimiento por llevar tacones a diario, y que recibió más de 100.000 apoyos o retuits en la red social.
1万人を超えました!
メールアドレスとお名前だけで署名ができます。問題点:
①性別によって同じ職場で強制される服装が違うこと
②健康を害してまで強制されるマナーとは?「厚生労働省宛: #KuToo 職場でのヒール・パンプスの強制をなくしたい!」 https://t.co/q61K5E2TVw @change_jpより
— 石川優実@#KuToo署名中 (@ishikawa_yumi) 21 de febrero de 2019
“Espero que algún día las mujeres podamos liberarnos de la costumbre de tener que llevar tacones al trabajo”, escribió Ishikawa, quien ante la avalancha de reacciones decidió crear la etiqueta #KuToo, una mezcla de kutsu (zapato, en japonés) y kutsuu (dolor).
Numerosas mujeres respondieron con mensajes en los que relataban sus propias experiencias y quejas similares, e incluso publicando fotografías que mostraban las lesiones casadas en sus pies por el uso diario de tacones.
Ishiakawa inició una campaña en la web Change.org con el objetivo de recabar firmas para que las empresas dejen de “diferenciar entre géneros” a la hora de establecer reglas de etiqueta para sus empleados, y para acabar con la costumbre de los tacones “por su impacto en la productividad y en la salud” de las empleadas.
La iniciativa ha recaudado más de 15.000 firmas en una semana y aspira a llegar hasta las 25.000.
En gran parte de las empresas y organismos públicos de Japón, las reglas de etiqueta o normativas internas exigen a los trabajadores llevar traje y zapatos oscuros, y falda y tacones en el caso de las empleadas.
No obstante, cada vez son más las empresas o entes públicos que dan mayor libertad de atuendo a sus trabajadores por motivos de comodidad, tras las iniciativas como las que puso en marcha el gobierno de Tokio para promover que los oficinistas se desprendan de las chaquetas y las corbatas en verano o para que usen zapatillas deportivas.
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