Especialistas confirman que el cerebro de la mujer cambia con el embarazo

Por Biut y Agencias

Un terremoto hormonal es lo que literalmente vive una mujer embarazada. Su cuerpo sufre cambios radicales a causa de la progesterona, gonadotropina coriónica, estrógenos y oxitocina. Las hormonas generan olvidos, pero también logran la conexión con el hijo.

Pero ahora una investigación de la U. de Chapman y de Irvine (EE. UU.) muestra que esta exposición hormonal es crítica para el desarrollo del sistema nervioso central que necesitará la futura madre. Laura Glynn, una de las autoras del estudio, sugiere que este proceso prepara al cerebro de la mujer para las exigencias de la maternidad: ayuda a estar más sensible y más alerta y explicaría -por ejemplo- por qué las mamás despiertan justo antes de que el bebé llore. Pero eso tiene un costo: pérdida de memoria a corto plazo. Esto podría deberse a que el cerebro se enfoca en las funciones maternales.

El ginecólogo de la Clínica Alemana Juan Víctor Valdivia explica que en el primer período del embarazo, las hormonas provocan edema cerebral (acumulación de líquido). “Por eso, las mujeres tienen más sueño, decaimiento y falta de energía”, dice. Los olvidos también son habituales en esta etapa, “sobre todo con calor, ya que éste hace que llegue más sangre con hormonas al cerebro”, señala.

Enrique Jadresic, siquiatra de la Clínica Las Condes, indica que “los estrógenos pueden tener un efecto elevador del ánimo, mientras la progesterona tiene propiedades sedativas e hipnóticas, y en altas dosis induce sueño profundo”.

Todos estos cambios adaptativos permiten al binomio madre-hijo un desarrollo armónico y evitan o minimizan los riesgos: la tranquilidad del primer trimestre ayuda a que la madre no incurra en conductas de riesgo y la facilidad de vomitar evita intoxicaciones. “En esta etapa, la mujer agudiza olfato y gusto. Distingue si una comida está descompuesta, rechaza alimentos que antes comía (cebolla o aliños) y si fumaba, ni siquiera siente ganas de hacerlo”, señala Valdivia.

La sicóloga de la U. Andrés Bello Lucía Godoy explica este proceso a partir del hipotálamo. “Es la madre de todo el sistema endocrino, ordena a las otras glándulas qué tipo de hormona secretar, pero al mismo tiempo está a cargo del sistema límbico, que controla las emociones más primitivas. Al final, hormonas y neurotransmisores que preparan al cuerpo para el embarazo, parto y lactancia, tienen incidencia en el sistema emocional.

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