Flexitarianos, la nueva moda alimenticia

Por Biut y Agencias

Un flexitariano puede que en su casa cocine sólo platos vegetarianos, pero que cuando va de visita donde amigos o familiares o asiste a un asado come platos que incluyen carne. O puede que intente seguir una dieta de sólo verduras y frutas con complementos, pero que disfrute de vez en cuando comidas con algún toque de vacuno. Ante todo, un flexitariano tiene como base una dieta vegetariana, pero consume productos animales con menor frecuencia y con menos gramage de lo normal.

Así un flexitariano no es ni vegetariano, ni carnívoro; tampoco omnívoro ni vegano, sino que una persona que lleva una dieta que contempla todo tipo de alimentos, pero siempre y cuando privilegie la ingesta de verduras, porque la idea final es no restringirse, sino que ser flexible en el consumo de comidas que para otras tendencias está parcial o totalmente vetada.

Según explica Claudia Rojas, académica de la Escuela de Nutrición y Dietética de la U. Andrés Bello, desde el punto de vista social es mucho más fácil ser flexitariano que un vegetariano o vegano. “La dieta del flexitariano es mucho más fácil de llevar como estilo de vida porque en su alimentación habitual -día a día- son ovo lacto vegetarianos, o sea, incluyen huevos, leche y además todas las verduras y frutas, legumbres, semillas secas y pescados.

La vida de los flexitarianos, además, no gira en torno a la alimentación, sino que se adaptan a ella. A diferente de lo que ocurre, por ejemplo con los veganos, quienes adaptan su vida a los alimentos, con todo lo que ello implica en términos de salud. Es por eso que el flexitarianismo surge como una alternativa cómoda y saludable.

“Ser flexitariano es mucho más fácil porque se trata de tu elección, nada está restringido y la frecuencia es totalmente voluntaria, o sea, si hoy comes atún, mañana pavo, pasado vacuno y luego estás un mes sin comer carne, sino que otras alternativas con una base proteica que cubra los requerimientos en proteína diarios, estará bien”, dice.

Jugoso pedazo de carne

En definitiva, el flexitariano no come carne todos los días, sino que deja prácticamente ese gusto reservado para dos o tres veces a la semana. “Los otros días son vegetarianos, pero no del tipo que solamente incluye vegetales, sino que también agregan huevos y lácteos, legumbres, pescados, soya, tofu, porque de ellos obtiene las proteínas”, subraya.

El gramo de carne que consumen los flexitarianos disminuye, dejándolo entre 60 y 80 gramos, claramente menos que una porción normal de carne que en promedio es de 150 a 180 gramos.

“Los gramos de proteína que requerimos todos los días para que nuestro cuerpo funcione en forma ideal, es en promedio, de 0,75 a 1 gramo por kilo, es decir, si peso 60 kilos, requiero 45 o 60 gramos de proteínas diarias”, dice Claudia Rojas.

Pero existen riesgos de dejar la carne repentinamente: “Muchos creen que es moda y de un día para otro dejan la carne sin saber algo que es fundamental, no consumirla produce anemia (falta de Fierro HEM) y una disminución de la masa muscular. Además, se restringen vitaminas, específicamente la B1 (tiamina, presente también en frutos secos) y B12 (cianocobalamina, presente en huevos y leche y en baja concentración en algas, soya y germen de trigo, por ejemplo) que son las más complejas porque tienen que ver con el sistema nervioso central y todo lo que tiene que ver con el cerebro”, advierte la experta.

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