Síndrome de enclaustramiento, encerrada en su propio cuerpo
“Desperté y no sabía lo que pasaba. Nada me era familiar. Entonces, reconocí a mi esposo que me pedía que cerrara los ojos y sólo los abriera cuando él contara hasta cinco. Me costó un mundo levantar los párpados, pero yo, obediente, así lo hice…Aunque tengo que haber comprendido algo de toda aquella angustiosa situación… Sigue leyendo»