El embarazo se tiene que vivir con calma, sin estrés ni angustias, ya que todo lo que sufre la madre también lo puede llegar a sentir el bebé.
Es así como un revelador estudio realizado por académicos de la Universidad Los Andes y publicada en la revista estadounidense “Plos One” llegó al resultado de que el aumento de estrés en las mujeres embarazadas durante el terremoto que afectó a Chile el 27 de febrero de 2010, tocó directamente en el desarrollo de los bebés que se encontraban dentro del vientre materno en esa época.
“El peso de nacimiento no se vio afectado. Sin embargo, la talla, la circunferencia de la cabeza y la edad gestacional al nacer, presentaron diferencias”, dice Sebastián Illanes, investigador del estudio, ginecólogo y colaborador del Programa de Medicina Materno Fetal del National Institutes of Health of United States (NIH) en LUN.
“En un análisis multivariable, los recién nacidos fueron más pequeños y tuvieron una circunferencia craneal levemente más pequeña si estuvieron expuestos durante su vida intrauterina al terremoto”, añade el investigador.
La investigación se llevó a cabo con 15 mil mujeres que dieron a luz en Santiago durante 2009 y 2010.
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