Tras 15 años de relación, Ariel Vijarra (39) y Damián Pighin (42) fueron la primera pareja homosexual en contraer matrimonio en la provincia de Santa Fe en Argentina en 2012. Y años después, hicieron noticia nuevamente tras haber adoptado legalmente a dos niñitas, reafirmando sus derechos de matrimonio igualitario.
La historia de adopción de la pareja comienza tras inscribirse en el Registro Único de Aspirantes a Guarda con Fines Adoptivos (Rauga), con el fin de adoptar a un bebé.
Imagen: Recuperada desde Facebook.
En la ficha de inscripción del registro, la pareja fijó los cinco años como edad máxima. Sin embargo, tras un año de espera, optaron por aumentar a 14 años la edad del candidato a adopción, y además agregaron la opción de recibir a hermanos.
Gracias a estos cambios, en 2014 la pareja al fin recibió la esperada llamada de un juez de la ciudad de Rosario, quien les dijo que había una guagua de 28 días, portadora de VIH, que necesitaba ser adoptada. La respuesta de ellos fue un “sí” rotundo.
La pareja se enteró que antes de ellos, hubo diez familias que se negaron a cuidar a la pequeña debido a su enfermedad. Damián comentó que “eran matrimonios heterosexuales y políticamente correctos que la rechazaron por estar supuestamente enferma”.
Ariel y Olivia. Imagen: Facebook.
A Infobae, Pighin también contó que apenas cortaron la llamada, se dirigió al juzgado con su marido para entrevistarse con el juez. En ese lugar, el magistrado les explicó que la bebé “tenía VIH porque la progenitora, que la parió y la abandonó en neonatología, padecía esa enfermedad. Nos consultó si estábamos seguros de iniciar los trámites de adopción y nos sugirió que lo pensáramos bien antes de aceptar. Pero nosotros nunca lo dudamos y lo primero que le pedimos fue que nos autorizara a conocerla ese mismo día”, reveló Ariel.
Luego de la autorización, se trasladaron a un hospital a las fueras de la ciudad para conocerla, en donde se enamoraron de ella a primera vista. “Apenas la vi, sentí que era mi vida. La conexión fue inmediata. Era muy chiquita, apenas pesaba 1,200 kilos. La tuvimos en brazos, le dimos la mamadera y nos miraba con los ojos bien abiertos y sin llorar”, contó Damián.
En los primeros seis meses que duró la vinculación previa de la infante con su posibles padres, Olivia, aumentó de peso y fue sometida a tratamientos protocolares para lidiar con la enfermedad. Pighin explicó que “el tratamiento fue con AZT, como lo hacen los adultos, ya que no hay medicamentos antirretrovirales pediátricos. Se portaba como una guerrera. Jamás en la vida lloró ni se quejó de los pinchazos, ya que también le inyectaban hierro”.
Damián y Olivia. Imagen: Recuperada desde Facebook.
Sin embargo, cuatro meses después, sucedió un hecho inesperado. Desde Córdoba, una doctora se contactó con ellos para contarles que una paciente que había leído el libro ‘La búsqueda’, en el cual Ariel contó la odisea que vivieron al intentar adoptar a través del método directo, quería darles a su bebé en adopción a ellos. “Fue una locura. Imagínate que en el término de 4 meses logramos convertirnos en padres por partida doble. La vida nos estaba premiando con Victoria después de tanta lucha, perseverancia y desazón”, aseguró Ariel.
Pero las sorpresas no acabaron ahí, especialmente para Olivia, ya que “al año y medio de haber nacido, los infectólogos nos confirmaron que todos los estudios hechos le había dado negativo. No tenía VIH, estaba sana. Fue una elegida por Dios, algo inexplicable” recordó el matrimonio.
Olivia y Victoria. Imagen: Recuperada desde Facebook.
Las pequeñas Olivia y Victoria, que cumplen años el 16 de octubre y el 25 de febrero respectivamente, son inseparables, pero tienen personalidades opuestas, según cuentan sus padres. “Olivia es la más extrovertida y siempre hace de mamá de Vicky. Se cuidan y se quieren muchísimo”, dijeron.
A raíz de todo lo que vivieron para lograr tener a sus hijas, Ariel Vijarra y Damián Pighin fundaron en 2016 una ONG llamada ACUNAR Familias, la cual busca velar por los derechos de los padres que quieren adoptar, además de hacer un trabajo de contención y asesoramiento para las familias que también están dentro del proceso.
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