Desayuno Susan Bowerman

Pequeños cambios pueden sumar una gran pérdida de kilos

Por Susan Bowerman

Es impresionante cómo sólo unos pocos y pequeños cambios en los hábitos diarios puedan lograr una gran recompensa. He mencionado anteriormente que cuando alguien me asegura que está preparado para una gran reingeniería de su dieta y estilo de vida, usualmente le respondo que debe proceder con cautela. Hay un par de razones para esto. Por una parte, cuando nos proponemos realizar muchos cambios de una sola vez, corremos el riesgo de… si excusan el juego de palabras… servirnos más de lo que somos capaces de digerir. Personalmente, pienso que cuando tenemos éxito realizando un cambio – sin importar cuan pequeño sea – eso nos da la confianza para continuar y así seguir conquistando nuevos desafíos. Además, un par de cambios pequeños a nuestra rutina diaria, pueden tener mejores resultados de lo que pensamos.

He aquí una manera de mirar las cosas. Pensemos en los cambios que vamos a hacer en nuestro estilo de vida como una inversión. Podríamos confiar en una estrategia agresiva que nos reporte resultados rápidos, pero también existe el riesgo de que nada resulte. Por otro lado, podemos “diversificar” – usando un mix de estrategias cuyos resultados se acerquen más a lo que queremos conseguir, aun cuando esto pueda tomarnos más tiempo. De modo que, si se trata de invertir en nuestra salud en el largo plazo, lento pero seguro generalmente gana la carrera.

Cuando prestamos atención a los alimentos que ingerimos rutinariamente – y también a nuestro patrón diario de ejercicios – es sorprendente cómo un pequeño retoque puede lograr grandes resultados. Acá les dejo unos cambios que uno de mis pacientes realizó recientemente, los suficientes para alcanzar una reducción de peso de 30 kilos en un año.

• Extender la rutina diaria de ejercicios en 20 minutos, ya sea sumándolos a las caminata de la mañana o realizando una segunda durante la tarde. Las 100 calorías extra que quemaremos pueden significar 5 kilos menos en el transcurso de un año.

Si nuestro desayuno habitual durante la semana es un café y unas tostadas con queso crema, cambiar a un batido de proteínas nos recortará 250 calorías diarias, las suficientes para reducir 9 kilos en un año.

El hábito saludable de comer ensaladas siete veces por semana es un poco contra producente si las sumergimos en aderezo. Reducir la cantidad de salsa de tres a una cucharada va a significar el ahorro de unas 1.000 calorías a la semana y la pérdida de 8 kilos en un año.
Alrededor de tres veces por semana, en lugar de consumir un chocolate para darnos energía, prefiramos una pequeña barra de cereal y un café. Podremos estar reduciendo hasta 600 calorías por semana, que sumadas en un año podrán reportarnos una pérdida cercana a los 4,5 kilos en un año.

Los sándwiches se consumen cinco veces por semana en promedio y siempre incluyen una rebanada de queso. Si reemplazamos el queso por vegetales, ahorraremos 500 calorías a la semana. Otros 3,5 kilos perdidos en un año, con un solo cambio.

Comemos postres seis veces a la semana, en promedio. Generalmente galletas o helados, los que suman unas 200 calorías. Cambiemos a un pedazo de fruta fresca y recortemos suficiente calorías para perder 5 kilos en un año.

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