A media tarde tenías pensado que llegando a tu casa te darías un rico baño de tina con velas aromáticas y música de relajación, pero el escenario real es que sales del trabajo vas al supermercado, pasas a la lavandería y también a la farmacia a comprar un remedio que tu pareja te encargó. ¿Te parece familiar este relato?
Ya sea por el ajetreado día a día que vivimos, por los hijos, por nuestra pareja, o por cualquier otra razón las mujeres tendemos a dejar de lado lo que teníamos planeado desde un comienzo. ¿Qué pasa si vivimos en la eterna postergación de nuestros planes? ¿Cómo evitar hacerlo?
Hace algunos días Celia Gómez, astróloga y terapeuta en flores de bach, nos invitó a una reunión de mujeres para conversar sobre este tema. En esa oportunidad la terapeuta nos aclaró que la postergación es cuando “se deja algo de lado de forma temporal, pero que puede llegar a ser permanente. En el ámbito de las relaciones significa aplazar anhelos, sueños, intereses o necesidades personales, en pos de la realización de otras personas”.
Sin embargo, quisimos ir más allá en este tema y saber si efectivamente dejar nuestros planes o proyectos personales de lado por conseguir otro objetivo podría resultar dañino para nuestro desarrollo personal. Por eso nos contactamos con la psicóloga Valeria Aravena, quien asegura que “las postergaciones nunca son buenas. Es importante que durante el día encontremos un momento para nosotras. Es un grave error correr todo el día para llegar a puerto sólo con las tareas de otra persona cumplidas”.
CÓMO EVITAR POSTERGARNOS
Según la psicóloga el principal efecto que trae consigo la postergación es que nos transformamos en personas 100% dependientes, porque basamos nuestro día a día en lo que hacemos por otros, y no en nosotras. “Aquí es donde nace el tema del autocuidado, el que es importante para todas las personas. Hay que encontrar momentos de dedicación propia, aunque sean pequeños. Si no se tiene estas instancias, es importante generarlas, por ejemplo compartiendo ciertas tareas”.
Ambas especialistas compartieron con nosotras seis consejos para evitar caer en la eterna y tan dañina postergación. ¡Toma nota!
1. Aprende a ser honesta y fiel contigo. Si no tienes ganas de hacer algo, debes aprender a decir no. El no querer hacer algo no tiene nada de malo.
2. Anímate a dilucidar y descubrir qué te moviliza a llevar a cabo o no los distintos desafíos que se te presentan. Pensando siempre que nuestro bienestar es lo más importante. Debemos entregarnos tiempo para nosotras, aunque sea mínimo.
3. Aumenta tu autoestima, esto se puede lograr centrándose en reforzar lo positivo y no en criticar o castigarse. Este punto es importante trabajarlo desde que somos pequeñas.
4. Aprende a respetarte. Debes saber que lo que piensas es tan válido como lo que piensa el resto.
5. Valídate a ti misma, y no esperes la aprobación del resto, ya que esto bloquea la idea inicial.
6. Trabaja la culpa con la autoaceptación, entendiendo que los errores son experiencias que te permiten aprender.
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