Muchas parejas sueñan con tener hijos y formar una familia. Algunos afortunados logran el “milagro de la vida” de forma natural y a otros les cuesta más, pero gracias a los avances de la medicina han logrado traer sus hijos al mundo.
Pese a esto, existe un porcentaje no menor de quienes no logran cumplir este sueño. ¿Qué pasa con su salud mental? ¿Cuándo se les debe poner freno a los tratamientos? ¿Qué pasa con la relación de pareja?
Victoria Valenzuela, psicóloga y autora del libro “Con permiso para Amar” y Carmen Gutiérrez, directora de la Escuela de Psicología de la Universidad del Pacífico, responden a estas dudas y comparten algunos consejos para superar de buena forma un problema de infertilidad.
Imagen: Gentileza Pixabay
Además, Carmen Gutiérrez, directora de la Escuela de Psicología de la Universidad del Pacífico, señala que “la infertilidad es un tema tabú, que no se suele hablar mucho. No está en los ámbitos públicos hablar de la infertilidad. Y al revés, la fertilidad o la posibilidad de tener hijos es dado como un hecho natural, como algo posible”. Es por eso, que a continuación te aclaramos un poco la situación y te contamos algunas cosas de las que no se suele hablar.
¿Cuándo decir “stop”?
“La infertilidad es un tema tabú, que no se suele hablar mucho. Y al revés, la fertilidad o la posibilidad de tener hijos es dado como un hecho natural, como algo posible”, asegura Carmen.
Es por esto que poner punto final a los tratamientos de fertilidad no es una decisión fácil de tomar. Victoria dice que puede llegar a ser un quiebre durísimo que deberán enfrentar las parejas, principalmente por las consecuencias sociales que derivan de una cultura tradicional y que eleva a la maternidad a la categoría de identidad femenina.
Imagen: Gentileza Pixabay
Pero ¿cómo saber cuándo parar los tratamientos y resignarse a la idea de no poder convertirse en padres biológicos? Según las expertas algunos factores que pueden incidir en tomar esta difícil decisión son:
-El deterioro o quiebre en la relación.
-Consecutivos resultados negativos en los intentos.
-Trastornos depresivos.
-Factores económicos.
-Estado de aceptación por el que se atraviesa.
Sin embargo es importante tener en cuenta que, “los tiempos tienen que ver con un proceso personal y de pareja, más que con una medida estándar”, dice Victoria.
Imagen: Gentileza Pixabay
En cuanto a esto, Carmen agrega que es importante que el tema se tome de forma positiva y se haga lo que sea más honesto para la pareja.
Algunos consejos
Victoria asegura que lo fundamental es escucharse primero uno mismo y sentir cómo se encuentra el cuerpo, cuál es el estado anímico que se atraviesa y en qué disposición se está llevando el día a día. Luego, “abrir una comunicación abierta y franca intentando trascender las temáticas propias de los tratamientos que en estos casos tienden a apoderarse de las conversaciones.”
Imagen: Gentileza Pixabay
Cuando se asume lo que está pasando, “es posible descubrir nuevas realidades y explorar posibilidades, que pese a las limitaciones objetivas, permitan diseñar una vida ya no desde la vereda de la escasez por la frustración de la maternidad o paternidad, sino que por el contrario, con abundancia de afecto, de disfrute y de libertad para construir el camino hacia la felicidad”, señala Victoria.
Finalmente, la autora del libro aconseja poner todas las energías en actividades deportivas como correr, practicar yoga, crossfit o zumba. Con esto pueden ponerse en movimiento las emociones como la rabia, la frustración o la envidia y evitar que queden atrapadas, o lo que es peor que se transformen en un estado anímico pegajoso y permanente, como el resentimiento o la depresión.
COMENTAR