El juego es la actividad de los niños por excelencia, los niños juegan desde los primeros meses de vida y gracias a esta actividad aprehenden el mundo y se desarrollan. El juego de los niños debe ser tomado con seriedad, es más que un simple pasatiempo y es bueno que permitamos el despliegue de éste. Especialmente en contextos libres, en donde depende de cada niño el hilo conductor de cada momento.
El primer juego en los niños suele ser el “acá está” “no está” ese que aparece alrededor de los 6/8 meses y que establecemos por el placer que les genera ese acto.
Entrar en el lenguaje del juego de los niños fomentará la comunicación que tendremos con nuestros pequeños.
Luego empieza a evolucionar y poco a poco es él mismo quien tira objetos y los hace desaparecer, así mismo se esconde y aparece. Es él quien va teniendo el control del juego y de esa manera comienza aparecer un repertorio mucho más amplio de aparición del juego en los niños.
El juego de los niños debe ser tomado con seriedad, si observamos esta producción podremos conocer mejor del mundo interno de los más pequeños, de sus miedos, de sus fantasías. Entrar en el lenguaje del juego de los niños fomentará la comunicación que tendremos con nuestros pequeños.
El juego de los niños suele pasar por etapas distintas. En cada etapa se van adquiriendo pequeños logros de madurez y desarrollo.
Los niños imitan lo que ven y vuelcan en el juego sus miedos o conflictos.
Desde los primeros meses los niños juegan ejercitando sus sentidos. Juegan con el cuerpo entero, se mueven fundamentalmente, producen sonidos diferentes.
Tienden a repetir todo lo que le resulta placentero. Si bien el juego en esta etapa puede darse en un contexto de interacción, suele ser mayormente individual. Un poco después aparece el juego simbólico y la imitación cobra relevancia.
Los niños dan vida a los objetos, pueden además extrapolar situaciones e imitar sucesos de la vida y conductas observadas. Los niños imitan lo que ven y vuelcan en el juego sus miedos o conflictos.
La comunicación que se establece y el lazo que permite, podrá asegurarte una mejor comunicación con tu pequeño y una mejor relación durante la adolescencia.
Jugando los niños aprehenden el entorno y comprenden al otro. Los niños, jugando con otros niños aprenden de reglas, de reconocimiento y manifestación de emociones, así como también aprenderán a resolver conflictos. De a poco los niños son capaces de seguir reglas y de aceptar ganar o perder.
Gracias al juego los niños adquieren lenguaje, son capaces de relacionarse con distintas personas, sienten pertenencia por un grupo de pares, ejercitan la comunicación, aprenden de empatía, fomenta el respeto, desarrolla vínculos afectivos, etc.
Todas las madres deberíamos jugar, por lo menos, 15 minutos diarios con nuestros hijos. Sumergirnos en este mundo es conectarnos con la niña que fuimos y establecer un vinculo cercano con nuestros niños. La comunicación que se establece y el lazo que permite, podrá asegurarte una mejor comunicación con tu pequeño y una mejor relación durante la adolescencia.
¡Vamos a jugar con los niños!
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