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Tres tipos de abuso psicológico que marcan de por vida a los niños

Especialista señala que el peor abuso es la violencia sexual. Acá te explicamos los dos fenómenos que se desencadenan de esto y otros dos tipos de abuso que pueden marcar de por vida al menor.

Por Isa Luengo

La violencia psicológica es igual de dañina que la física para un menor de edad. Así lo afirma un estudio en el que su autor principal, David Vachon, profesor en el Departamento de Psicología de la Universidad McGill de Montreal señala en Muy Interesante que  “aunque la mayoría de la gente asume que el maltrato físico es más destructivo y dañino que otras formas de maltrato, las consecuencias para las víctimas son similares en ambos casos. Entre ellas hay una amplia variedad de posibilidades, desde la ansiedad a la depresión, pasando por la tendencia a saltarse las reglas o volverse agresivo”.

Los daños que no se ven pueden llegar a ser muy dolorosos en una persona. Van creciendo poco a poco hasta llegar a un punto en que la víctima no puede aguantar más, lo que podría provocar consecuencias fatales.

Imagen: Gentileza Pixabay

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“La violencia reproduce la violencia. Ese es el principio universal y que todos debemos saber. Un niño que es violentado, probablemente reproduzca la violencia con sus pares y luego con sus hijos. Esto desencadena este círculo vicioso de la reproducción de la violencia”, explica Jorge Pantoja, psicólogo infantil de Clínica Vespucio.

Por su parte, la psicóloga infantil de Centros Médicos Vidaintegra, Karina Navarro agrega que “niños víctimas de maltratos psicológico suelen mostrar personalidades más retraídas y tímidas; con falta de confianza en sí mismos; a su vez el maltrato puede llevar a patologías en la vida adulta como trastorno de ansiedad, trastorno de la ingesta alimentaria o depresiones”. 

Según el especialista de Clínica Vespucio, la peor violencia psicológica es la violencia sexual, “porque el abuso y el acoso llevan implícito el silencio y la vergüenza, ya que no tiene palabras que la codifiquen, de manera que el niño/a no puede hablar sobre esto”, dice Pantoja, a lo que agrega que el deber de los adultos es desmitificar esto, abrirlo, ponerle palabras, decir qué significa una violación, un acoso o cualquier tipo de hostigamiento sexual, porque, según él “no sabemos qué dimensión va a adquirir, para un niño o niña, cualquier tipo de aproximación sexualizada de un adulto”.  

Imagen: Gentileza Pixabay

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Esta violencia está naturalizada en nuestra sociedad, ocurre al interior de la familia, con los parientes cercanos y es muy difícil romper esto y darle palabras. Además, “no todas las violaciones tienen el mismo significado. Cada persona interpreta esto y le da una lectura distinta”, señala y agrega que hay dos fenómenos que ocurren con las violaciones que afectan a los menores de edad:

-El uso de la violencia, particularmente en el caso de las mujeres.

-La retraumatización, que es el recuerdo permanente de que ocurrió.

Imagen: Gentileza Pixabay

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Otros tipos de violencia

La especialista de Centros Médicos Vidaintegra, explica otros dos tipos de abuso psicológico que impactan fuertemente en menores: La violencia verbal, que es “aquella que el adulto le genera al niño cuando le dice ‘eres malo, que fea estás, que gordo que te ves’… etc, palabras que descalifican  a los menores, humillan , ridiculizan, y atentan contra una auto valoración positiva”. Y por otro lado, también está el maltrato por omisión, es decir, “aquel que es silencioso, miradas, indiferencia, no cumplir con las necesidades mínimas que requiere un menor y que forman parte de los derechos del niño”.

Finalmente, Pantoja explica que para ayudar a los menores que han sufrido violencia psicológica primero se debe elaborar un diagnóstico. “Los diagnósticos se realizan, dependiendo de la edad del niño, con algunos juguetes, hay especialistas observando, después se trabaja directamente con los niños, y logran identificar dónde hay daño. Si el daño es emocional, si tiene que ver con violencia, si está desplazado hacia la afectividad, hacia la figura de los padres”, dice.

Por su parte, Karina agrega que “los niños deben crecer reconociendo sus valores, sus habilidades, es decir retroalimentándolos positivamente, eso aumenta su autoestima y a su vez la confianza en sí mismos”, finaliza.

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