Como para contradecir esa idea de que “siempre es la mujer la que no tiene ganas”, un informe argentino señaló que el deseo sexual en los hombres comienza disminuir a partir de los 40 años y que ese proceso se profundiza después de los 60, debido a que merma la producción de testosterona.
“Cerca de los 40 años se produce en el varón un descenso lento y progresivo estimado de 1 a 1,5 por ciento por año de la producción de testosterona“, que es la hormona por excelencia que cumple funciones claves en la regulación de aspectos como el humor, la sexualidad y la sensación de bienestar, reveló un trabajo publicado en la Revista Argentina de Endocrinología y Metabolismo.
“Alrededor de un 30 por ciento de los hombres entre 60 y 70 años tienen niveles de testosterona disminuidos en la sangre y ese porcentaje asciende a un 50 entre los de 70 y 80”, sostuvo el informe.
La menor producción de testosterona y las respectivas modificaciones que causa en el hombre se conocen como “andropausia“, que afecta el área física y el humor a medida que pasan los años.
“En la sexualidad hay una disminución en el deseo, dificultad para mantener y lograr una erección, menor cantidad de erecciones nocturnas, reducción de las fantasías sexuales y mayor necesidad de estímulos visuales y físicos para lograr una relación sexual satisfactoria”, afirmó Andrés Vázquez, andrólogo y urólogo del Instituto Médico Halitus.
El especialista indicó que un comienzo precoz de la andropausia puede darse por factores hereditarios, enfermedades cardiovasculares, malos hábitos tales como el alcohol, el cigarrillo o drogas, el sedentarismo, la diabetes, la hipertensión arterial y situaciones de estrés.
“Una actitud positiva en la vida ante esta situación es realizar actividad física, llevar una alimentación sana, desprenderse de malos hábitos, asumir responsabilidades y sentirse valioso para la sociedad”, dijo Vázquez.
En tanto, la psicóloga Beatriz Bergman opinó que “en materia de sexualidad no hay que estar tanto pendientes de la edad”, sino que las parejas “tienen que aprovechar cada momento, como por ejemplo las vacaciones, para descubrirse y descubrir al otro”.
“Saber qué nos y qué le gusta al otro es importante para que el sexo no pase a ser una rutina”, aseguró.
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