El lanzamiento del best seller “Cincuenta sombras de Grey” pone fin a la trilogía erótica de E.L James. Se trata de un libro que ha desatado un sin fin de posturas en relación a las mujeres y la sexualidad en el extranjero. Algunos incluso lo han tildado como pornografía para adultas. Aquí desciframos la verdad detrás del libro y el real aporte de este tipo de escritos.
Si leer un libro de sexualidad te resulta algo pudoroso, dejame contarte que las argentinas llevan largo tiempo siguiendo a la autora E.L James, famosa por su seguidilla de libros eróticos. Y la polémica que nos ha impulsado a realizar este artículo no tiene que ver con la publicación de temas íntimos femeninos, sino la avasalladora crítica que ha recibido su último best seller “Cincuenta sombras de Grey”. La psicóloga y sexóloga Adriana Arias analizó los aportes que este tipo de literatura puede significar para la mujer contemporánea y a continuación te contamos sus principales conclusiones.
Según comentó la especialista a entremujeres.com, que un libro trate sobre sexualidad femenina, ha confundido a las lectoras y público masivo, ya que se ha popularizado como pornografía para madres. Nada de eso. Otros se han lanzado criticando la redacción vulgar, siendo que narra una realidad personal de nuestro género.
Otra crítica digna de análisis para Arias fue el hecho de que se catalogue a la autora como un ser extraño siendo que es una mujer normal que hizo lo esperable hasta el día en que decidió atreverse con un libro con confesiones sexuales. “Siempre sostengo que todo aquello que sea capaz de movilizar y desestancar el tema de lo sexual de su reducto cultural va a tener mi aprobación”, señaló la sexóloga al sitio, agregando que más que ver esto como un tema cultural, por el hecho del lanzamiento de este nuevo libro, la sexualidad debería aceptarse como un tema social entre las personas.
Tiene mucha razón. Generalmente este es un tema ápatico que no todos gustan comentar abiertamente, porque tal como dice la experta “las mujeres nos erotizamos particularmente con la imaginación y la fantasía, porque habilita y abre nuestra intimidad, porque las palabras nos encienden, porque nos permiten jugar y crear a partir de ellas”, reservando esos pensamientos sólo al plano privado.
Si este fenómeno sucede al común de las mujeres, más intrigante aún es cuando nos referimos a mujeres maduras. Ellas, muchas veces vacías de derechos eróticos, refugian ese amor hacia sus hijos, y como señala Adriana Arias “La maternidad actúa como un inhibidor natural del deseo sexual (mucho más allá del aumento de la prolactina)”, por lo cual resulta vital recobrar nuestro ser erótico tras un cumplir el rol de madre y dar el siguiente paso para recobrar la vida de mujer.
Sin duda pese a los comentarios a favor o en contra, vale la pena echarle un vistazo al libro de la discordia y formarse una impresión personal. Porque todas tenemos derecho a vivir una vida sexual plena.
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