Nuevo estudio revela que el matrimonio puede llevar a las mujeres a tomar más, no debido a la infelicidad dentro de su relación, sino porque se ven influenciadas por los hábitos alcohólicos de sus parejas, ya que los hombres adultos toman más alcohol que nosotras.
Varias veces científicos habían estudiando las diferencias en el consumo de alcohol entre hombres y mujeres, pero por primera vez una investigación incluyó a los distintos tipos de personas según su estado civil. Esta vez se integró a los que jamás han estado casados, los divorciados y viudos.
Si bien los estudios anteriores habían demostrado con bastante consistencia que los casados beben menos que los solteros, esta nueva entrega derribó esa hipótesis, ya que indicó que las mujeres casadas en realidad beben más al contraer matrimonio que aquellas que no han contraído el vínculo y también que las divorciadas. “En matrimonios estables, la costumbre de beber del hombre está asociada a ser un poco menor al de la mujer”, señaló el auto del estudio.
En el caso de personas divorciadas, mujeres y hombres también responden distinto al hablar de consumo de alcohol. La investigación arrojó que los hombres toman más en el periodo inmediato tras el divorcio, al contrario de las mujeres que bajan sus niveles de ingesta considerablemente tras una separación.
¿Qué pasa durante el matrimonio?
En promedio, los hombres beben más que las mujeres y éstas estadísticas pueden aplicarse mientras la pareja continúe su vínculo nupcial. Sin embargo, mientras el hombre registra mayores índices alcohólicos superiores en todas las etapas de la vida en relación a la mujer, la mayoría de los hombres encuestados señaló tres verdades sobre su consumo:
“Nuestro descubrimiento sugiere que estar casado con una persona que gusta de tomar crea un nuevo ambiente social que puede promover el consumo de alcohol en mujeres” comentó la investigadora Corinne Reczek.
1. Desde el matrimonio, pasaban menos tiempo compartiendo y tomando con otros amigos.
2. Sus mujeres tomaban menos que ellos.
3. Sus esposas limitaban su consumo de alcohol.
Por otro lado, las mujeres encuestadas revelaron que comenzaron a beber más luego de casadas porque sus maridos ya tenían incorporado el hábito, o bien, que disrutaban de compartir una copa con sus parejas.
La especialista revela que si bien la actitud frente al alcohol de la mujer puede cambiar, no es algo que deba preocupar al género femenino, ya que elevar su consumo no debe ser relacionado a superar los límites y respalda la idea que pequeñas dosis podrían ayudar a mejorar la salud.
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