Infecciones de trasmisión sexual, condiciones ambientales, alteraciones metabólicas y situaciones de estrés pueden incidir en perder nuestra capacidad reproductora, y si hoy entre un 7 y 8% de las parejas son infértiles, en los próximos años podrían registrarse cifras mucho más extremas.
Hoy, la Organización Mundial de Salud estima que entre un 8 y 10% de las parejas experimenta algún tipo de infertilidad, las que se distribuyen según causas. 30-40% factor femenino, 10-30% factor masculino, 15-30% mixtas y un 10% por causa desconocida.
En Chile, la tendencia es simiilar. Entre un 7 y 8% de las parejas son infértiles, y 4% de ellas continúa presentando problemas para concebir tras 8 años de vida en pareja. El ginecólogo especialista en reproducción humana de Clínica Ciudad del Mar y médico de infertilidad del Hospital Van Buren, Dr. Aníbal Scarella Chamy señala que “esta realidad podría cambiar en las próximas décadas, llegando a cifras tan extremas como 1 de cada 3 parejas”.
La infertilidad se define como el fracaso de una pareja para concebir después de 12 meses de relaciones sexuales regulares, sin el uso de métodos anticonceptivos.
La infertilidad se clasifica como primaria si la mujer nunca ha logrado un embarazo, y como secundaria si ya tuvo una parto, cesárea, un aborto o un embarazo ectópico. El manejo de éstas parejas infértiles debe equilibrar la eficacia, costo, seguridad, y los riesgos de las alternativas de tratamientos diferentes. El enfoque del tratamiento deberá ser individualizado para cada una. En caso de que no haya respuesta, las parejas pueden optar por tratamientos de baja o alta complejidad.
Según el especialista las técnicas de baja complejidad (BC) comprenden el coito dirigido y la inseminación intrauterina. Estas últimas pueden complementarse con estimulación de la ovulación.
Por otra parte, el doctor explica que las técnicas de alta complejidad (AC) son aquellas en que se realiza la manipulación in-vitro de ambos gametos masculino, femenino, o de los embriones. Las técnicas más comúnmente aplicadas son la fertilización in vitro (FIV) y la inyección intracitoplasmática de espermios (ICSI)”. En ambas técnicas los ovarios son artificialmente estimulados para obtener la maduración de uno o más ovocitos, que posteriormente son aspirados bajo anestesia. En el laboratorio, estos son fertilizados con los espermios en forma artificial, tras lo cual uno o más embriones se transfieren a la cavidad uterina.
Por lo general, cuando una pareja es diagnosticada correctamente, el tratamiento puede arrojar resultados luego de un mes, y alrededor del 50 por ciento de los casos logra concebir un hijo tras someterse a tratamiento, cuenta es especialista. De ahí la importancia de consultar y no retrasar el control médico.
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