Se trata de jóvenes de entre 18 y 30 años que ayudan al empatizar con la mujer infértil y también por las retribuciones económicas del tiempo invertido durante el embarazo. Si sólo se contaban casos aislados, hoy la ovodonación es más común de lo que se piensa, tanto así que aquí te contamos cuáles son los resultados del primer estudio nacional del tema.
Hasta hace algunos años se desconocía que una mujer pudiera perder todos sus óvulos, ya fuera por razones médicas, genéticas o ambientales, anulando su capacidad de procrear, en la actualidad la situación es bastante distinta. Las parejas que sufren este problema pueden ser padres adoptando los ovocitos de otra mujer, gracias a la técnica de la ovodonación.
Este hecho en Chile se ha masificado de tal forma que la Unidad de Medicina Reproductiva de la Clínica Monteblanco realizó el primer estudio en nuestro país que da cuenta del perfil y motivaciones de las mujeres que donan óvulos. “Sentimos que es una responsabilidad científica divulgar esta información a la comunidad”, precisó el doctor Juan Enrique Schwarze integrante del equipo que participó en esta investigación.
El especialista –quien además es Presidente de la Sociedad Chilena de Medicina Reproductiva- señala que el estudio demostró que las chilenas que donan sus óvulos son básicamente mujeres jóvenes –entre 18 y 30 años- de estrato social económico medio, con educación universitaria completa o la están cursando, y que deciden donar motivadas por la generosidad de ayudar a mujeres que no pueden tener hijos de otra forma y por una retribución económica por el tiempo invertido en el proceso.
“En un principio pensábamos que las mujeres donaban sólo por una retribución económica, sin embargo también está el deseo de ayudar a las parejas infértiles. Esta actitud se explica en gran parte porque todas tienen un grado de conexión o empatía con parejas infértiles, a través de una pariente, una amiga o una conocida, por lo tanto entienden mejor el dolor que implica la infertilidad”, sostiene el Dr. Schwarze.
Otra de las conclusiones del estudio determinó que las donantes interpretan este proceso como la donación de una célula solamente. “El que después esta célula sea fecundada, genere un embrión y nazca una guagua, no les complica porque para ellas el ser madre está asociado a la crianza y no a un vínculo genético”.
Asimismo, se demostró que el hecho que la donación de ovocitos sea anónima, da un sentimiento de confianza tanto para la donante como para la receptora.
El paso a paso
Las mujeres que participan del Programa de Ovodonación de la Unidad de Medicina Reproductiva de Clínica Monteblanco deben – en primer lugar – someterse a una entrevista psicológica. “En general dos de cada cinco donantes no pasan esta entrevista, ya sea porque tienen algún problema psicológico o un conflicto no resuelto con la donación de óvulos”, advierte Daniela Solari, profesional que tiene la mayor experiencia en Chile en este campo.
Si supera esta etapa se examinan los antecedentes clínicos de la donante para garantizar que esté sana. Una vez realizado este proceso, se someten a nuevas entrevistas con la psicóloga y se espera a la mujer que requerirá de sus óvulos.
En la donación de óvulos la donante es sometida a un proceso de hiper estimulación ovárica, es decir al desarrollo de múltiples ovocitos que son recuperados por medio de una técnica quirúrgica y luego son fecundados con el semen del marido de la receptora para luego obtener los embriones. Paralelamente, la receptora (futura madre) es sometida a estimulación, donde se le administra estrógeno para engrosar el endometrio y prepararlo para la gestación.
A la hora de hablar de los porcentajes de embarazo a través de esta técnica, el Dr. Schwarze indica que “en mujeres con reserva ovárica disminuida o en mujeres mayores, la tasa de embarazo con los ovocitos propios es de 10% a 20%. En cambio con la ovodonación es de 60%”.
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