Te has preguntado si ¿tu comunicación es efectiva con tu pareja? ¿Realmente nos entendemos? Pareciera obvio que la afirmación sería: “pero claro, cómo no nos vamos a entender si llevamos tantos años juntos…” Pero resulta que es absolutamente rebatible.
La comunicación en la pareja es fundamental para la relación. La falta de comunicación es un motivo de frecuente para acudir a terapia, en algunos casos de manera individual o en pareja, ya que el sentimiento de falta de entendimiento va creciendo con las discusiones y peleas. Algunas personas prefieren no buscar soluciones a los problemas de comunicación por vergüenza o por miedo de abrir la intimidad del hogar, lo cual acrecienta las dificultades porque el tiempo pasa y la distancia en la pareja aumenta.
Diálogos como: “no sé que le pasa, ya no habla conmigo”; “parece que le molesta mi presencia, ya ni me cuenta como le va en su trabajo”; “cada vez hay más silencios en la relación, somos como desconocidos”; “algo le pasa y no sé si preguntarle”. Todos construidos desde la suposición o especulación.
Esa falta de comunicación que no es sólo verbal, se entiende con manifiestos corporales (no verbal) que evidencian códigos a veces irrefutables para la observación, que provocan daños: “me miró con una cara que fue como que me quería matar…”; “su nivel de desprecio se ve en sus gestos…”; “me habla dándome la espalda, tengo que seguirla para tratar de entenderla…”; “no contesta mis llamados…”; y hoy en las redes sociales: “estaba conectado y no me habla…”
Parece muy fácil tomarse todo de manera muy personal. Las palabras deben ser un eco de mis emociones y mis pensamientos, PERO SOLO MIOS!!! La realidad es relativa y será observada desde mi propia visión, subjetiva, ya que no podría ser objetiva sin un acuerdo que las interprete de manera consensuada.
Entonces, esas palabras que son parte de la comunicación, deben ser expresadas en absoluta consciencia y en coherencia en todo el proceso del acto de comunicar, en el entendido que los códigos, el mensaje, lo verbal y no verbal, las intenciones y lo paralingüístico, deben exponer lo que realmente pretende, pues todo comunica.
NO necesariamente el otro debe entender lo que se quiere expresar, aun cuando debe tener una actitud de receptividad, quien emite el discurso es responsable que se logre entender el propósito.
Tampoco debe compartir el pensamiento y las emociones necesariamente como el emisor las expone, aquí aparece la necesidad de empatía, tolerancia y generosidad. De otra manera, la relación ya estaría rota por completo.
Las palabras (acto de comunicación) pueden liberar o condenar, son puertas o ventanas que flexibilizan la relación o la distancian, que la armonizan o dificultan la evolución positiva de la relación de pareja.
Será necesario entender que las expresiones deben contener nuestra realidad y no una realidad absoluta o única verdad: “quiero que entiendas que yo siento un vacío que me complica, hay veces que no logro resolver cómo expresarte mis emociones…”; “necesito expresarte que el silencio que se provoca desde nuestra última discusión, me produce tristeza y quisiera ver la forma que lo resolvamos, ¿te parece?…” Cuando logramos expresar nuestras emociones y nuestros pensamientos partiendo de nuestra experiencia, desde lo que a mí me sucede, se resuelve sin encontrar un CULPABLE. Lo habitual es buscar un culpable, y definitivamente lo encontramos, siempre será el otro… Esto debe cambiar.
Encontrar la forma de ser conscientes del buen uso de la palabra como acto de comunicación, es absolutamente necesario. Las palabras tienen significados, hay veces que las utilizamos sin entender el verdadero significado o, también, puede suceder que el otro lo entienda de otra manera.
Una vez, en una clase que dictaba, hablé de la “compasión” como un acción de un sentimiento o valor humano que una persona experimenta al identificar el sufrimiento de otro, pero que actúa con ‘la intención de ayudarlo a resolver su problema o que sienta alivio’.
Una alumna interviene bruscamente diciendo que no hay que sentir lástima por nadie. Ante esto, resolvimos que existen significados que se entienden según la experiencia personal. La lástima es un sentimiento que comprende ‘el dolor ajeno’, pero no realiza ninguna acción efectiva, es pasiva. También expresaría incomodidad, disgusto, pena o malestar. En otros países hermanos, la lástima puede entenderse como vergüenza… Este ejemplo, permite comprender que existen realidades o verdades relativas y no absolutas en las emociones de los individuos. Dependerá de su experiencia y de su cultura, entre otros factores.
En la relación de pareja pueden surgir muchos desentendimientos, incomprensiones y, también, diferencias en cómo ver la vida, ya que pueden presentar realidades muy diversas desde la familia de origen. Por ejemplo, la importancia de un hecho o circunstancia puede resultar distinta por los valores muy arraigados o culturas tan distintas. Ellos, como pareja, se unieron pensando en el amor, en las cosas lindas, en lo que creían era suficiente para hacer una vida. Eso no está mal, pero las diferencias tarde o temprano se manifiestan. Será menester establecer códigos comunes que no vulneren la comunicación y el entendimiento.
Comunicación disfuncional
Cuando la pareja establece una comunicación disfuncional, se observan los siguientes factores:
• La sensibilidad a la información negativa es prominente, la crítica surge desde ambas partes: “todo me lo criticas!!!…”, “todo lo haces mal…”
• Las suposiciones y conclusiones equivocadas se hacen habituales: “yo creía que tú preferías eso…”, “yo pensé que ya no me querías…”
• La interpretación de un lenguaje verbal equivocado (una mirada, un gesto…)
• El bullying en la pareja, con odiosidades e ironías.
• Las faltas de respeto verbales y físicas.
• El resentimiento que se va acumulando, junto con la angustia y la soledad.
¿Como mejorar la comunicación en pareja?
Para mejorar la comunicación en pareja debemos considerar:
• “Que el otro es un legítimo otro”, frase que enarbola el distinguido profesor Humberto Maturana. Porque si no entendemos que cada uno tiene una visión distinta, no existirá el respeto y la comprensión de sus emociones, y de sus pensamientos.
• Debe contener un objetivo concreto y específico, no manejarse desde las suposiciones.
• Que el discurso sea claro y se exprese desde su visión, sin pretender tener la razón, absolutismo ni soberbia. Sin buscar culpables ni juzgar. En un ambiente adecuado para que sea un diálogo y no un monólogo.
• Eliminar palabras absolutas como: “SIEMPRE, NUNCA, NADA y TODO”.
• Se pueden sugerir cambios desde una intención constructiva, la crítica no debe buscar las debilidades para destruir, se debe motivar con un lenguaje positivo y proponer acuerdos.
• La motivación de las cosas que nos mantienen felices, lo que nos gusta de la pareja, descubrir cosas que gusten ambos, son elementos de unión y crecimiento.
En conclusión, podemos establecer que el AMOR no es suficiente si no se alimenta a diario, expresándolo apasionadamente y construyendo desde la base del respeto, la responsabilidad, el compromiso, la comprensión y la generosidad.
La comunicación será la herramienta que permita transmitir, entender y compartir las emociones como las ideas o pensamientos en la pareja, lo que permite crecer y evolucionar.
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