Cuando sufrimos una situación traumática como un abuso sexual o una violación, la mayoría de las veces la reacción común entre las mujeres es quedarse paralizadas sin poder reaccionar, a pesar de que muchas quisieran gritar o salir corriendo.
Esta respuesta natural de nuestro cuerpo la explicaría la “inmovilidad tónica”, que vendría desde nuestro cerebro. Según explican en la BBC, los expertos “lo describen como un estado temporal de inmovilidad motora en respuesta a una situación de miedo extremo y tanto psicólogos como psiquiatras creen que se da con frecuencia en casos de violación y de otros eventos traumáticos, como maltratos, atracos, agresiones o accidentes graves”.
Según explica el psicólogo del departamento de psiquiatría de la Universidad de Harvard James W. Hopper para el Washington Post y que recoge la BBC, “el córtex pre frontal puede quedar gravemente inhabilitado y todo lo que nos queda pueden ser reflejos y hábitos”, dice en un artículo titulado “Por qué muchas víctimas de violación no pelean ni gritan”.
Sumado a esto, un estudio del Instituto Karonlinska de Suecia publicado en la revista Acta Obstetricia et Gynecologica Scandinavica descubrió que sobre 300 mujeres que fueron estudiadas, el 70% sufrió este tipo de parálisis y un 48% lo hizo en un grado “extremo”.
Este tipo de inmovilidad del cuerpo también sucede mucho en los soldados de guerra. Es más, ellos trabajan para sobreponerse a episodios de miedo extremo o traumas, como podría ser el ataque del enemigo.
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