Japón es el país con mayor esperanza de vida (83,7 años) y con más personas centenarias (hay registradas 65.692), según consignó el Clarin.
Ante esto, surge la incógnita de saber cómo lo hacen los japoneses para vivir 100 años, algo que Marcos Cartagena quiso averiguar y contar al medio citado.
Él lleva 16 años estudiando la cultura nipona, razón por la que creó el sistema Hanasaki (que significa “flor que florece”) donde repasa los pilares japoneses para lograr una vida centenaria y explicar por qué viven tanto y enferman tan poco.
Cartagena descubrió que tenía directa relación con la comida que ingieren los japonesas y por esto postula las claves para mantenerse sanos durante más de 100 años.
Claves de la alimentación japonesa
Hara hachi bu’ (panza al 80%)
Este concepto apunta a no comer hasta llenarse. “Para los japoneses ese 20% que comes de más, hasta llenarte al 100% es el que realmente te hace daño. Si te quedas al 80% de tu capacidad, tienes energía para correr una carrera después de comer, pero si te llenas tus órganos se desgastan más, te sientes pesado, te cuesta digerir… Eso es lo que según ellos en Occidente provoca problemas de obesidad, diabetes, problemas hepáticos…”, señala Cartagena.
Comer despacio y masticar bien
Si masticas correctamente, el estómago trabaja menos. “Desde pequeñitos, los niños japoneses son instruidos en estos conceptos: algo tan simple como masticar bien puede regalarte años de vida”, comenta el autor del sistema Hanasaki.
Pocas calorías
En Japón se consumen un promedio de 2.719 calorías diarias. Esas pocas calorías que se consumen son indicativas, según los gerontólogos que estudian la situación en el país nipón.
Hidratos de asimilación lenta y poca carne
La dieta japonesa tiene una alta tasa de carbohidratos que “principalmente son extraídos de la verdura, la fruta y los cereales, que suelen ser fuentes de asimilación lenta, no se convierten en grasas tan rápido como otro tipo de hidratos”, indica Cartagena.
Con respecto a la carne, “este alimento se ha relacionado con que los japoneses vivan más tiempo” porque en el siglo VII tenían prohibido comer carne y cuando se levantó la prohibición, se comenzó a introducir en la dieta cotidiana y el incremento en el consumo de este alimento coincidió con una importante baja del número de accidentes cerebrovasculares. “Aunque el truco es que nunca consumieron tanta carne como en Occidente, las fuentes de proteína son variadas: pescado, algas, soja fermentada (miso y sopa de miso, tofu) y un bajo consumo de carne. Esa combinación les funciona muy bien”, señala Marcos.
Comer alimentos de temporada
Los japoneses prefieren no recurrir a vegetales de otros lugares o de cultivo forzado en invernaderos. “De esta forma no se altera la naturaleza de ese alimento, comes lo que la naturaleza te da”, agrega.
Comer tradicional
En las zonas más rurales de Okinawa no tienen supermercados, solo cuentan con pescaderías, carnicerías y puestos de frutas y verduras. “No hay largas estanterías de productos empaquetados de marcas comerciales y llamativos colores que nos incitan a comprar”, asevera Cartagena.
“Comprar en la verdulería, llevarnos la compra a casa, cocinar aunque sean platos sencillos… Y es que la nueva forma de alimentarse de forma rápida y el fast food nos están quitando años de vida”, añade.
Que la dieta no sea un estrés
El sistema Hanasaki dice que “meterte en algo muy rígido que te dice cada paso que tienes que dar para estar sano se puede convertir en lo contrario. El estrés te está arañando físicamente, lo que ganas por un lado lo pierdes por otro. En Japón no están obsesionados con la dieta, y es el país con menor tasa de obesidad del mundo (un 4%)”. Es por esto que los japoneses comen bien y “un poco de cada cosa, sin pasarse. Cantidades razonables que evitan el aumento de la obesidad en la población”.
Hábitos saludables
Los japoneses practican deporte de manera moderada, tienen una rutina del sueño (entre seis y ocho horas, levantándose y acostándose a la misma hora). Además, buscan liberarse de los vicios, recibir rayos de sol con moderación y darse baños en aguas termales.
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