Una madre de familia, dedicada en alma y vida a proteger a sus hijos de las amenazas de las enfermedades infantiles y quien ha seguido al pie de la letra las indicaciones que el pediatra le dio para su cuidado, ni siquiera podría imaginar que puede llegar a ser la principal causa del inicio de la drogadicción en esos mismos niños a los que quiere y cuida con tanto esmero.
Efectivamente, si esas madres o padres fuman delante de los pequeños, les estarían haciendo un daño enorme, comenta la Dra. Carolina Herrera, académica de la Facultad de Medicina y presidenta de la Sociedad Chilena de Enfermedades Respiratorias (SER). “La relación entre el hábito de fumar y el desarrollo de numerosas enfermedades se encuentra cada vez más clara. La OMS considera el tabaquismo como una epidemia, de la que en Chile tenemos el triste record de tener las adolescentes más fumadoras del mundo”, dice la experta.
El neumólogo, Dr. Edgardo Cruz-Mena, ya en los años 70 inicio el seguimiento de los hábitos tabáquicos de los chilenos, encuestando a 6.523 estudiantes de medicina, entre los cuales destacaba que el hábito tabáquico de los padres y la permisividad de ellos hacia el inicio del tabaquismo en los niños condicionaba, evidentemente, una mayor tasa de niños fumadores.
Un dato alarmante, dice la Dra. Herrera, es que entre los jóvenes, el 80% de los que fuman eventualmente prueban marihuana y están más propensos a probar cocaína.
Efectos en la salud
Según explica la Dra. Herrera, desde la gestación, un primer aspecto a tener en cuenta es la intoxicación pasiva del feto. “Cuando la embarazada fuma o bien, no es fumadora pero convive con fumadores, está probado que hay un incremento de muerte fetal, parto prematuro, niños de bajo peso al nacer y síndrome de muerte súbita en el lactante. Estos problemas son tan importantes que en algunos países está prohibido fumar en lugares donde hay una embarazada”, explica la doctora Herrera. “El humo de segunda mano es un riesgo serio para la salud infantil, ya que afecta seriamente los pulmones de los niños pequeños que están en proceso de desarrollo. Entre los más seriamente afectados por esta exposición están los bebés y los hijos pequeños de padres fumadores, para quienes aumenta el riesgo de infecciones en el sistema respiratorio inferior, como la neumonía y la bronquitis, incrementando las hospitalizaciones anuales”, agrega la especialista.
¿Por qué empiezan a fumar?
La presidenta de la SER explica que las personas comienzan a fumar casi siempre, en la adolescencia por diferentes razones, por ejemplo, por imitación de los adultos que los rodean. “La figura más importante es la madre, y luego la presión del grupo: muchas personas, principalmente los jóvenes, se preocupan por su apariencia, no quieren ser diferentes, si sus amigos fuman, ellos también deben fumar para sentirse aceptados”, dice la medico-broncopulmonar.Según la experta, es que a los 9 años cuando los niños chilenos están en quinto básico, y sus padres piensan que están preocupados de los monitos en TV, ellos ya se han hecho adictos a la nicotina. “En cifras del Dr. Cruz-Mena, en los hogares en que nadie fuma, hay un 19% de niños que fuman, en contraste del 26% si fuma el padre, y del increíblemente alto, 41% si es la madre la que fuma”.
“Si los padres autorizan a los jóvenes a fumar, un 56% de ellos se hace fumador, a diferencia de aquellos hogares en donde no se autoriza a los jóvenes a fumar en donde solo el 16% fuma”, agrega.
La doctora Herrera concluye afirmando la necesidad de dar a los niños y jóvenes un mensaje contundente sobre la necesidad de abstenerse de fumar. “Nueve de cada diez personas que fuman comenzaron a hacerlo antes de los 20 años de edad y solo 2 a 3 % de los fumadores consigue dejar de fumar por año”, comenta la académica de la UNAB.
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