Coni Larenas y Trini Guzmán están llenando de color los espacios públicos de la ciudad. Comenzaron pintando la pared de un hospital y ahora preparan su mayor desafío: dos grandes murales en Las Condes para una conocida tienda de ropa.
Primero fue un muro del Hospital Padre Hurtado, en San Ramón. En la sala de urgencia de pediatría había una pared amplia y poco agraciada. Una profesional del recinto pensó que sería una buena idea intervenirla y buscar a algún artista que se interesara.
Fue así como dio con Trinidad Guzmán y Coni Larenas, dos amigas de 25 años, que estudiaron Arte en la U. Finis Terrae y que habían pensado en trabajar juntas.
Ese ‘algo’ se concretó en febrero de este año, con un colorido mural de 23 metros de largo y tres de alto, que plasmaron en una pared del hospital. “Trabajamos en eso durante varios días y la gente que iba a la urgencia decía: mira, están pintando”, relatan.
Escucharon la frase tantas veces que decidieron hacerla suya. Desde entonces, el proyecto de ambas pasó a llamarse Están Pintando. Lo promocionaron en Twitter y se expandió también por el boca a boca. “Nos gusta pintar en cualquier superficie, sobre todo en paredes. Y ojalá en las tuyas”, es el manifiesto de su web.
Eso es lo que han hecho durante estos siete meses: pintar murales en diversos espacios privados y públicos de Santiago, desde casas y departamentos, hasta restaurantes, tiendas y oficinas. Ahora, preparan el mayor proyecto de Están Pintando: dos murales para Benetton, que se ubicarán en Las Condes.
¿Cómo llegaron ahí? Su trabajo apareció reseñado en el blog corporativo que esta marca tiene en Chile. Los representantes de la firma para América Latina quedaron fascinados con la energía de sus murales. “Les mostramos fotomontajes de cómo quedarían pintados algunos espacios de la ciudad. La marca trabaja mucho con las interrelaciones y es bien colorida. Tiene mucho que ver con lo que hacemos”, asegura Guzmán.
Tras la reunión, la compañía les encargó un mural de gran formato en algún lugar de Santiago. Las artistas hicieron una encuesta a través de Twitter para definir cuál sería el sitio perfecto para su obra, y dieron con dos: el paso bajo nivel de la Estación del Metro Escuela Militar y una pared de la esquina de Presidente Riesco con Manquehue.
El viernes de la semana pasada, la representante de Benetton para América Latina, Soledad Malacchini, se reunió con el alcalde de Las Condes, Francisco de la Maza, quien autorizó las intervenciones. “Queremos alegrar y embellecer con colores estos lugares de Las Condes, que son tristes y toscos”, asegura Malacchini.
Las artistas comenzarán pintando la esquina de Manquehue con Av. Presidente Riesco el 7 de noviembre y en febrero continuarán con el de Escuela Militar. La temática de las obras será libre y una placa, en cada una de ellas, señalará que se trata de un regalo de esta marca para la ciudad.
Cuando las dos artistas comenzaron, nunca imaginaron que este proyecto se convertiría en su trabajo de tiempo completo. Pasaron de pintar -casi gratis- las casas de sus amigos a realizar murales para tiendas y oficinas de la capital. Pintan, al menos, dos obras por mes y su agenda tiene varios encargos.
Hace algunos meses, Fernando Walker, dueño del restaurante La Pescadería, en BordeRío, les pidió que pintaran algunas de las paredes del local. Ahí plasmaron coloridos pescados, jaibas y moluscos, que son parte de la carta del lugar. A su propietario le gustó tanto el resultado, que la semana pasada empezaron a intervenir otras paredes. “Pensé en poner un acuario, pero al final, opté por esto. Lo que hicieron tiene harta onda. Los clientes se sacan fotos junto al mural”, cuenta Walker.
También trabajaron los muros de una automotora en Cuarto Centenario, en Las Condes. Y en la Ciudad Empresarial de Huechuraba también hicieron lo suyo.
Ayer, inauguraron uno de sus proyectos más grandes: dos murales en el gimnasio de la Cárcel de Mujeres en San Joaquín. Son dos paredes de 23 metros de largo en las que plasmaron imágenes relativas a la mujer, la familia y el trabajo.
De todos modos, varias de las obras que ha realizado Están Pintando son espacios privados. El primero fue un departamento en Las Condes, cuyo dueño quería representar en su pared todos los lugares por los que ha viajado y los que le quedan por conocer.
Uno de los encargos más particulares se los hizo una vecina de El Arrayán: en la cocina de su casa quería escribir con tiza sus recetas favoritas. “Era una casa increíble y lo mejor es que el mural aún se conserva. La gente confía en nosotras y nos instalamos durante días a trabajar en su espacio. Al final, llegan y se encuentran con una obra en toda la pared. Es como tener una galería en la casa”, remata Larenas.
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