El 71% de las mujeres chilenas no está conforme con algún aspecto de su cuerpo. El dato, que surge de la Encuesta Bicentenario 2008 (UC y Adimark), se acentúa aun más en esta época del año. El calor obliga a dejar las prendas más holgadas y ‘cubridoras’ en la casa y, queramos o no, las imperfecciones se hacen más evidentes.
El abdomen, en términos de estética, se lleva la peor parte. Es que producto de las fluctuaciones en el peso, una alimentación basada en la llamada ‘dieta chatarra’ (comidas rápidas poco nutritivas y de manera desordenada) y cambios hormonales (pubertad, embarazo, climaterio) la grasa suele acumularse especialmente en esta zona. Y convengamos que no es demasiado sexi…
Las soluciones mágicas no existen. Pero por suerte las opciones para lograr un vientre liso son muchas. Algunas son más naturales y otras más invasivas. Lo ideal es consultar con un médico especialista que evalúe las distintas alternativas y aconseje qué es lo que conviene según cada caso.
MASOTERAPIA: Se trata de masajes específicos de drenaje linfático y venoso que aumentan la circulación y la oxigenación, disminuyendo la retención de líquidos. Tienen un efecto diurético y se recomiendan como tratamiento único sólo si se desea perder unos pocos milímetros de grasa, o como complemento de técnicas quirúrgicas si hay demasiado exceso.
RADIOFRECUENCIA: Es el llamado ‘lifting no quirúrgico’ y una de las opciones más modernas disponibles en Chile. Consiste en la emisión de ondas de baja frecuencia que aplicadas superficialmente sobre la piel aumentan la circulación y el metabolismo celular, produciendo estimulación de la regeneración del tejido colágeno. Mejora el aspecto y la flacidez de la piel pero no reduce la grasa corporal.
ULTRACAVITACION: La emisión de ultrasonidos sobre la superficie de la piel produce la formación de microburbujas, generando cavitación entre las células y la rotura de su membrana celular; se libera el contenido del adipocito que es luego vaciado por el drenaje linfático. Puede disminuir algunas zonas de depósitos grasos. También combate la flacidez de la piel.
ENDERMOLOGIA: Tratamiento que utiliza un aparato con un cabezal de dos rodillos que realiza masajes. Fue uno de los primeros métodos estéticos para combatir la celulitis, pero también se puede usar para mejorar el aspecto abdominal siempre y cuando el exceso de grasa no sea mucho.
MESOTERAPIA: Es uno de los tratamientos más utilizados hoy en día. Consiste en la aplicación de pequeñas inyecciones localizadas de productos homeopáticos, vitaminas o aminoácidos. Mejora la turgencia de la piel, aunque su principal contraindicación es que no tiene demasiados avales científicos.
LIPOSUCCION, LIPOASPIRACION O LIPOESCULTURA: Es una cirugía y como tal debe realizarla un médico cirujano plástico calificado, en pabellón quirúrgico. Presenta más riesgos a evaluar que las opciones cosméticas no invasivas, pero sus resultados son bastante más eficaces, notorios y definitivos. No está indicada para bajar de peso sino específicamente para la reducción, definición de contornos y eliminación de zonas persistentes de acumulación de grasa. “Se produce una reducción en la cantidad de adipocitos, pero si la persona luego no mantiene la dieta adecuada se vuelve a aumentar el volumen de cada célula y por lo tanto de la grasa corporal”, explica el doctor Marco Antonio Bravo, cirujano plástico de la Clínica Indisa. Dentro de esta alternativa existen tres formas:
LIPOSUCCION TUMESCENTE: Con agujas pequeñas introducidas a través de la piel se inyectan soluciones vasoconstrictoras con o sin anestésicos, que disminuyen el sangrado e hinchan el tejido adiposo. Luego a través de cánulas finas se aspira la grasa de la zona a tratar. Tiene la ventaja de no dañar el adipocito aspirado, lo que permite realizar una lipoescultura con lipoinyección en otra zona de mayor requerimiento (la grasa extraída se filtra y decanta y luego se inyecta, por ejemplo, a nivel de los glúteos). La recuperación de este procedimiento es de aproximadamente cinco a siete días.
LIPOLASER: Utilizada desde 2007, esta técnica consiste en la introducción de una cánula fina que emite una luz láser que genera calor y destruye el adipocito (lipolisis). La eliminación de esta emulsión se realiza por la orina o a través de una cánula fina, que aspira la grasa disuelta. Entre sus beneficios, tiende a lesionar menos otros tejidos vecinos y genera calor local que estimula la producción de colágeno, mejorando la apariencia de la piel. Se indica para eliminar grasa en zonas localizadas en abdomen, piernas, caderas y brazos. Es una técnica usada por presentar poco sangrado, tiempo de recuperación muy corto (tres días) y por eliminar el exceso de tejido graso en zonas resistentes a dietas y ejercicios.
LIPOULTRASONICA: Con la introducción de pequeñas cánulas que emiten ondas ultrasónicas se produce una licuefacción de la grasa, para posteriormente con cánulas finas aspirar la grasa en las zonas más adheridas. Tampoco permite lipoinyectar este aspirado, porque destruye el adipocito. Genera menos calor que el láser y por lo tanto tiene menos riesgo de quemaduras. Estimula la regeneración del tejido colágeno y permite aspirar grandes volúmenes de grasa. La recuperación también es rápida (cinco días).
ABDOMINOPLASTIA: Se trata de resecciones de tamaño variables del colgajo infraumbilical. El médico corta el sobrante de piel y grasa abdominal y conjuntamente trata la separación de los músculos (llamada diástasis) de los rectos, realizando una plicatura o unión de los músculos y recuperando así su posición y tonicidad. Mejora su resultado si se le asocia con la lipoaspiración. Su recuperación es más larga por el cuidado de suturas y cicatrices.
LIPOABDOMINOPLASTIA: Se trata de la cirugía que involucra de forma simultánea tres de las técnicas quirúrgicas más conocidas: liposucción, para reducir los excesos de depósitos grasos; lipoescultura y lipoinyección, para aumentar las zonas que queremos realzar como pueden ser caderas o glúteos, y abdominoplastía, que permite tensar la piel y corregir defectos musculares. Según la Dra. María Teresa Pequeira, jefa de Cirugía Plástica y Medicina Estética de la Clínica Santa María, es un procedimiento definitivo y tiene un alto rendimiento para mejorar el contorno corporal disarmónico o grueso. “Los depósitos de grasa no se reproducen al menos que la persona experimente un incremento de peso significativo”. Es ideal para mujeres sanas de entre 30 y 55 años.
Una dieta hipocalórica asesorada por nutricionistas es el mejor punto de partida para un vientre liso. R El ejercicio físico siempre es buen aliado. Lo ideal es que sea con supervisión de un experto para que indique cuál es la mejor actividad según la edad, el tipo de piel y la resistencia. R Si bien el tabaco no tiene una injerencia sobre la acumulación de grasa, sí tiene mucha relación con la calidad de la dermis, ya que causa envejecimiento. R Durante el climaterio otra vez se producen grandes cambios en el cuerpo de la mujer. Al bajar los estrógenos, que es lo que modela la figura, la persona empieza a perder su cintura y se achatan las caderas. En esos casos la terapia de reemplazo hormonal puede funcionar. R Muchas veces, por buscar el mejor precio, las personas eligen opciones que no son seguras. En el caso de los tratamientos invasivos (cirugías) es fundamental que sean realizados en un centro médico debidamente habilitado y con profesionales idóneos capaces de responder en el caso de alguna eventualidad (un sangrado excesivo, por ejemplo).
Lo más difícil cuando uno se propone lograr un vientre liso es eliminar el bulto que se forma en la zona baja del abdomen (sobre todo en el caso de las mujeres que han tenido guagua y, especialmente, cesáreas). La mejor manera de aplanar esta zona, llamada powerhouse (es la que se encuentra unos cuatro dedos debajo del ombligo), es hundiendo el ombligo de manera permanente. “La mala costumbre de la mayoría de las mujeres es descansar en la guata, y así el músculo se desarrolla hacia afuera en lugar de hacia adentro”, explican en el gimnasio O2 (www.o2club.cl). Los entrenadores recomiendan un ejercicio básico del pilates: con las piernas flectadas y las rodillas en ángulo de 45 grados, colocar las manos sobre los muslos y hundir el ombligo hacia la columna. Levantar la cabeza y comenzar a arrastrar las manos hasta que toquen el hueso de la rodilla, siempre con la guata hacia adentro. Mantener dos segundos y bajar lentamente. Repetir seis veces al día.
“Cuidar la alimentación tanto en cantidad como en calidad es muy importante. Se debe favorecer la ingesta de proteínas, y reducir al máximo los carbohidratos refinados y las grasas. Sin embargo, ningún esfuerzo de esta esfera tendrá impacto si no es acompañado de actividad física destinada a tonificar los músculos abdominales”, explica Soledad Reyes, nutricionista de Clínica Las Condes. En el centro Natural Clinic (www.naturalclinic.cl) tienen un programa integral que incluye médico nutriólogo, nutrición ortomolecular y mediterránea, medicina alternativa-naturopatía, tratamientos naturales no adictivos y drenaje linfático.
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