En 2007, científicos descubrieron que ciertas variaciones del gen 9p21 se relacionan con cardiopatías e infartos al miocardio. Quienes lo poseen están más predispuestos a acumular grasa en sus arterias y, así, están más expuestos a sufrir ataques. Ahora, investigadores demostraron que el 9p21 puede ser inhibido o bloqueado con una dieta rica en frutas y verduras.
La investigación, cuyos resultados se publican en la revista PLoS Medicine, implicó el análisis de más de 27.000 personas de cinco etnias: Europa, Asia del Sur, China, América Latina y el mundo árabe. A todas se les consultó cuántas verduras y frutas consumían. Aquellos que respondieron diariamente mostraron un riesgo cardíaco similar a quienes no tienen predisposición genética a enfermedades al corazón.
“Sabemos que las variantes genéticas del 9p21 aumentan el riesgo de enfermedades del corazón para aquellos que lo llevan”, dijo Jamie Engert, del Instituto de Investigación de la McGill University Health Centre. “Pero fue una sorpresa encontrar que una dieta saludable podría debilitar significativamente su efecto”.
Los participantes del estudio, que redujeron su riesgo a través de su dieta comían al menos dos porciones de frutas y verduras al día. “Y las frutas y verduras crudas jugaron un papel más importante en la reducción de los riesgos”, dijo Sonia Anand, investigadora del Population Health Research Institute y profesora de medicina y epidemiología en la Universidad McMaster. Por el contrario, quienes tenían el gen y una baja ingesta de verduras mostraron dos veces más riesgo de sufrir un infarto.
Ron Do, autor principal del estudio, dice que la investigación sugiere que puede haber una importante interacción entre los genes y la dieta en la enfermedad cardiovascular.
Por su parte, Anand agregó que los resultados “apoyan la recomendación de consumir más de cinco porciones de frutas o vegetales, como una manera de promover la buena salud”.
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