Al Oscar lo que es del Oscar. Si durante la última década pudo argumentarse legítimamente que el gusto de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas se hacía irreconocible o que los votantes estaban cediendo sin más a los fenómenos del momento (ya se tratara de la tercera parte de El señor de los anillos o de Slumdog millionaire), El discurso del rey aparecía providencialmente para volver las cosas al lugar en que alguna vez estuvieron.
Porque en la jornada de anoche, el drama británico sobre Jorge VI y su batalla contra la tartamudez terminó imponiendo sus términos, instalando a la cinta como la primera de corte histórico en hacerlo desde Gladiador, hace más de una década. Y dejando en la estacada a una cuyo favoritismo se había ido descolorando con el paso de las semanas: Red social, de David Fincher.
Antes de eso se había instalado el suspenso: ¿podría este correcto retrato de un poderoso vulnerable que lucha contra sus limitaciones desbancar sin más a la cinta de Fincher, otro fresco histórico, aunque contemporáneo? ¿La dejaría integrando la lista de películas extraordinarias que estuvieron muy cerca de coronarse? Así fue.
Pero tal pregunta era solo parte del acontecimiento mediático que tuvo lugar anoche en el Teatro Kodak de Los Angeles. Una edición número 83 que partió con los esperados paseos por la alfombra roja y que armó su propio ritmo en la tradicional ceremonia donde la industria de Hollywood palmotea su propia espalda.
Contentos y no tanto
Una de las novedades que ofreció la nueva edición de los Oscar, además de un remozado escenario, fue la presencia de dos jóvenes actores en la conducción. James Franco y Anne Hathaway, ante más de 3.500 asistentes y centenas de millones de espectadores en todo el mundo, partieron protagonizando una especie de sueño como el del filme El origen, e interviendo las escenas de las cintas nominadas y bromeando con sus protagonistas.
También se encargaron de dar curso a una noche marcada por el homenaje a clásicas premiadas hace décadas, así como a leyendas de la pentalla: no fue poco ver a Kirk Douglas dirigiéndose a la audiencia con sus 94 años, piropeando a la conductora.
Las primeras tres estatuillas de la noche fueron tres Oscar menos para la principal nominada, lo que habló con claridad de la dispersión de los premios y también del reconocimiento a figuras no evidentes, como Marissa Leo, mejor secundaria por El vencedor, que en medio de tanta loa a la Academia llamó a la industria a “vender las películas y respetar a los actores” (además de decir una palabra prohibida en TV).
Incluyendo el premio a Toy story 3, las predicciones se fueron confirmando de la mano de la esperada estatuilla a Christian Bale por El vencedor, para no hablar de los anunciadísimos galardones para Natalie Portman y a Colin Firth.
Pero no todo era obvio. No lo fue el Oscar a En un mundo mejor, de Susanne Bier, como mejor cinta extranjera. Tampoco el ver en escena al líder de Nine inch Nails, Trent Reznor, ungido como coautor de la mejor banda sonora. Pudo haber más momentos de extrañeza por el lado del documental, pero el premiado no fue el anónimo grafitero Banksy, sino Charles Ferguson por Inside job, responsable del “momento político” de la noche: ni un solo ejecutivo financiero ha ido a la cárcel tras la crisis de 2008, apuntó, ganándose un ruidoso aplauso.
Se diría que hubo varios contentos, como El origen con sus premios en los rubros técnicos; algunos desilusionados, como la independiente Winter’s bone, y un derrotado absoluto: nominado a 10 estatuillas, Temple de acero se fue con las manos vacías.
A la hora de los resúmenes, la historia terminó pesando más que un paquete de cabritas, como ha dicho Steven Spielberg. Y fue el mismo director quien anunció el triunfo de El discurso del rey. Una victoria anunciada y bien pensante que impidió que la Academia hiciera historia, pero que le permitió acercarse a lo que siempre se ha esperado que sea.
Mejor película
El discurso del rey: Iain Canning , Emile Sherman y Gareth Unwin.
Mejor director
El discurso del rey: Tom Hooper.
Mejor actor
El discurso del rey: Colin Firth.
Mejor actriz
El cisne negro: Natalie Portman.
Mejor actor secundario
El vencedor: Christian Bale.
Mejor actriz secundaria
El vencedor: Melissa Leo.
Mejor guión
El discurso del rey: David Seidler.
Mejor guión adaptado
Red social: Aaron Sorkin.
Mejor película extranjera
In a better world: Susanne Bier, directora. (Dinamarca).
Mejor documental
Inside job: Charles Ferguson.
Mejor película animada
Toy story 3: Lee Unkrich (director).
Mejor montaje
Red social: Kirk Baxter y Angus Wall.
Mejor fotografía
El origen: Wally Pfister.
Mejor banda sonora
Red social: Trent Reznor y John Atticus
Mejor canción
Toy story 3: Randy Newman.
Mejor dirección de arte
Alicia en el país de las maravillas: Robert Stromberg.
Mejor diseño de vestuario:
Alicia en el país de las maravillas:
Colin Atwood.
Mejor mezcla de sonido
El origen: Lora Hirschberg, Gary Rizzo, Ed Novick
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