Durante los primeros años de la década de los 60, expertos japoneses liderados por el doctor Yoshiro Hatano determinaron que una persona promedio da entre 3.500 y 5.000 pasos al día. Pero, además, establecieron que si esa marca llegaba a 10.000 -unos 8 kilómetros, dos más que la distancia entre Plaza Italia y Plaza Ñuñoa- los beneficios incluirían el consumo del 20% de la ingesta diaria de calorías a través del simple acto de caminar.
El mismo Hatano lanzó en 1965 un pedómetro cuyo uso se restringió por décadas a los japoneses, hasta que en los ’90 los altos índices de obesidad y sedentarismo en occidente atrajeron la atención de los investigadores hacia la importancia de dar 10.000 pasos al día y el uso de pedómetros. Aunque el acto caminar rinde frutos como mejorar la postura corporal y tonificar la musculatura, no siempre se hace correctamente.
El factor tacones
Camilla Morton, experta en modas y autora inglesa de libro Cómo caminar en tacones altos indicó al diario Telegraph que las mujeres no deben mirar hacia abajo: “Párese erguida, los hombros hacia atrás, la barbilla hacia arriba”. Además, para las mujeres que gustan de este tipo de zapatos, Morton recomienda practicar y usarlos, por ejemplo, para ir al supermercado: “Al llegar a la caja registradora, ya habrá recorrido el equivalente de al menos tres pasarelas de moda”. Tomar clases de tango, que obligan a usar tacones altos y caminar hacia atrás, también mejora el equilibrio.
Moviéndose en la calle
Según los expertos, al caminar por una calle lo indicado es relajar los hombros y mantenerlos hacia atrás y abajo. Además de usar una mochila que distribuya el peso entre los hombros, hay que doblar el codo en 90 grados y mover el brazo en sincronía con la pierna opuesta. Eduardo Carrasco -kinesiólogo del centro de medicina, ejercicio, deporte y salud Meds- explica que este movimiento permite balancear el cuerpo. El experto añade que mantener la barbilla en alto y colocar el cuello en posición neutra, refuerza el apoyo de la cabeza.
“Esta posición del mentón alinea la columna cervical con el resto de la columna dorsal y lumbar. De lo contrario, se arriesgan contracturas musculares e inflamaciones”.
Tras unos minutos de caminata, llega el minuto de ejecutar un paso más energético y rápido. Según el Servicio Nacional de Salud de Inglaterra, este ritmo más intenso mejora la salud cardiovascular, la densidad ósea y reduce el riesgo de males como la diabetes y el cáncer. Tony Gallagher, experto en fitness por más de 20 años, indicó al diario Telegraph que lo indicado es realizar este tipo de caminata, manteniendo una postura correcta, entre tres y cuatro veces a la semana en períodos de 30 a 45 minutos.
Según Eduardo Carrasco, los pasos deben tener una separación de 10 cm a 15 cm y un ritmo constante. Para evitar lesiones, Richard Hanford -de la Sociedad de Podólogos de Gran Bretaña- recomienda usar zapatos que envuelvan el talón y tengan alguna especie de correa y cordón que lo asegure al pie, además de presentar la mayor cantidad de soporte bajo el pie.
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