Las mujeres que tienen alto riesgo de padecer cáncer de mama deberían recibir medicamentos de prevención, afirma un comité internacional de expertos en cáncer.
En un artículo publicado por la revista médica The Lancet Oncology, los expertos afirman que medicamentos como el tamoxifeno podría reducir las posibilidades de desarrollar cáncer de mama.
Y sugieren que la política médica que se aplica en estos casos debería ser similar a prescribir estatina a los pacientes con riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.
Sin embargo el tamoxifeno ha sido relacionado con otras enfermedades como cáncer de útero, coágulos sanguíneos, o ictus cerebral.
En Estados Unidos, dos tipos de fármacos, tamoxifeno y raloxifeno, han sido aprobados para la prevención del cáncer de mama. Sin embargo no están disponibles en muchos otros países como una forma de prevención.
1,5 millones de mujeres sufrirán cáncer de pecho en 2010. Este tipo de cáncer es el más diagnosticado en todo el mundo y una de las principales causa de muerte entre mujeres en los países en desarrollo.
Evidencia abrumadora
Hay expertos que creen que estas medicinas deberían aprobarse y ponerse a disposición de pacientes en otros lugares del mundo. “La evidencia sobre estos fármacos es abrumadora”, afirma el profesor Jack Cuzick, un epidemiólogo en la Universidad Queen Mary de Londres y el encargado de presidir el comité de expertos.
Cuzick estima que por cada 1000 mujeres a las que se le de tamoxifeno debería haber 20 casos menos de cáncer de mama, pero habría también tres cánceres más de útero y seis casos más de trombosis venosa profunda.
Para contrarrestar los riesgos, el comité de expertos acordó que se debería ofrecer terapia preventiva a las mujeres que tuvieran más de un 4% de posibilidades de desarrollar cáncer de mama en los próximos 10 años.
En el caso de las enfermedades del corazón, hay factores muy conocidos como la presión arterial o el colesterol, que pueden determinar el tratamiento.
El desafío en el caso de la medicina preventiva para el cáncer de mama sería identificar los mismos “marcadores” que indicaran el riesgo.
El comité sugiere por su parte la densidad mamográfica. Afirman que las pacientes que tienen más de un 75% de densidad mamográfica tienen al menos cuatro veces más riesgo de desarrollar cáncer de mama que las pacientes que tienen una densidad inferior o nula.
Densidad mamográfica como biomarcador
“El incremento de la densidad mamográfica es uno de los principales factores de riesgo para el cáncer de mama y los ensayos clínicos preliminares muestran que el tamoxifeno reduce la densidad y, por tanto, el riesgo de cáncer disminuye”, afirma el profesor Cuzick.
“Está confirmado en los estudios a largo plazo que la densidad mamográfica podría convertirse en una poderosa forma de identificar a las mujeres con alto riesgo que podrían beneficiarse del tratamiento preventivo”.
Cuzick sugiere que para determinar el riesgo de desarrollar cáncer de mama se deberían someter a las pacientes a pruebas médicas.
“Nuestros científicos trabajaron en algunos de los primeros ensayos que muestran los beneficios a largo plazo de tamoxifeno a la hora de prevenir el cáncer en mujeres que tienen un riesgo mayor que la media de desarrollar la enfermedad”, afirma Lesley Walker, de la organización benéfica Cancer Research en Reino Unido.
Pronósticar el riesgo
“Ser capaces de pronosticar de forma precisa el riesgo de cáncer de mama y quién responderá a los fármacos preventivos como estos es un paso clave para asegurar que las mujeres reciben el tratamiento más adecuado”, declara Walker.
“Es vital que encontremos formas efectivas de prevenir el cáncer de mama, especialmente para mujeres con alto riesgo. Sin embargo, como una terapia preventiva que tiene efectos secundarios negativos no sería apropiada para todo el mundo”, afirma Meg McArthur, encargada de las cuestiones de políticas médicas en la ONG Breakthrough Breast Cancer.
“Valoramos positivamente los estudios que investigan los mejores tratamientos que deben ser usados en los casos de prevención cáncer de mama. Resulta igualmente crucial identificar a la población que tiene mayor riesgo y que se beneficiará más de esta terapia”, concluye.
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