En 1992, cuando MTV todavía era un canal en que la música era gran protagonista, apareció en su pantalla un espacio que no sólo se apartaba de su línea clásica, sino que además, proponía un experimento distinto a todo lo que se había visto antes en Estados Unidos: reunir a un grupo de veinteañeros y ponerlos a vivir y trabajar juntos por tres meses, filmando todo el proceso. The real world, que tuvo su primera temporada en Nueva York, se inscribió en la historia como uno de los primeros programas de la telerrealidad; 19 años después, sigue en pantalla convertido en el más longevo del género y manteniendo su éxito, a pesar de su simple premisa, que no incluye concursos ni eliminaciones.
El 9 de marzo partió en EE.UU. la temporada 25 de el show, que este año -por segunda vez en su historia- tiene como telón de fondo la ciudad de Las Vegas, más específicamente, el Hard Rock Hotel, donde instalaron a los participantes en un departamento con pista de bowling incluida.
“The real world tiene un lugar en la historia. Se atrevió a probar que la gente real a veces es más interesante que lo que un escritor puede llegar a soñar”, dijo al diario Los Angeles Times el co-creador de la serie, Jonathan Murray. Pero su afirmación sólo es parcialmente cierta, porque parte del brillo del programa es que no sólo saca a los chicos del lugar donde viven, sino que los pone a convivir con seis desconocidos y de personalidades lo suficientemente distintas como para garantizar conflictos, y también propiciar romances, elementos clave de cualquier reality.
Aunque en los dos primeros capítulos de este ciclo, que son los que se han transmitido en Estados Unidos, los chicos muestran sus primeras características -el galán, el chico bueno, la fiestera-, al ver sus biografías se descubre que de seguro vendrán revelaciones y conflictos importantes: a diferencia de los grupos anteriores, estos siete jóvenes tienen en común infancias tormentosas. Casi todos tienen padres alcohólicos o drogadictos, hay uno que estuvo preso a los 16 años y otro que tiene un pasado en la industria pornográfica. El ciclo aún no tiene fecha de estreno en Latinoamérica.
2002 fue el primer año en que The real world fue a Las Vegas. Esa temporada es marcada como la responsable del único gran giro del programa: pasó de tratar importantes temas para la juventud, como el sida, el aborto y los problemas raciales, a ser mucho más sobre fiestas, borracheras y romances, convirtiéndose así también en la semilla para la aparición del último gran éxito del canal: Jersey shore.
El motivo por el que The real world sigue al aire es uno: no ha dejado de tener buen rating. En 1992, promedió un millón de espectadores por capítulo en EE.UU. Y no ha bajado, de hecho, los nuevos capítulos han rondado los dos millones, lo que fue suficiente para que MTV confirmara, la semana pasada, que habían encargado tres temporadas más, llegando a las 28.
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