Cierres académicos y laborales, evaluaciones que rendir, balances que realizar, sumado a la organización de paseos, fiestas de fin de año y diversas ceremonias. Se acerca la navidad, el año nuevo y no podemos dejar fuera de la lista la organización de las vacaciones.
¡Uff! Definitivamente de tan sólo leer todo lo que hay que hacer en diciembre, dan ganas de meter la cabeza en un hoyo y no salir de ahí hasta mediados de enero, cuando ya todo ha pasado ¿Cierto? Pero tranquilidad, todo tiene solución.
Conversamos con Claudia Badilla, psicóloga de Clínica Ciudad del Mar, quien explica que todas estas tareas y compromisos “generan una presión por rendir y aumento de la ansiedad, que a veces perturba el buen desempeño, a lo que sigue una sensación de inefectividad, que incrementa aún más la ansiedad, apareciendo temor a fracasar, sufrir, defraudar, etc. En este contexto el cerebro recibe un mensaje de “peligro” y echa a andar los mecanismos de alerta habituales y respuesta de estrés”, asegura.
La especialista nos entregó estos consejos para hacerle el quite al estrés de fin de año:
– Lo primero es adoptar en este período una alimentación saludable y favorecer el descanso
nocturno.
– Se deben respetar horarios habituales, no sobreexigir al organismo, maximizar horas de
trabajo en calidad y no en cantidad.
– No olvides incorporar momentos de descanso durante el día. Utilizar los fines de semana
para descansar, desconectarse de la rutina, de la presión horaria.
– Realiza actividades que estimulen otras áreas cerebrales relacionadas con la
creatividad, la intuición, la fantasía, ya que permite intervenir los pensamientos
ansiosos en torno a los problemas y aprensiones.
– Deja espacio al deporte y el humor (risa espontánea), que se relacionan con la
secreción de endorfinas, y producción de adrenalina, que ayudan a estabilizar
el ánimo, activar el sistema inmune, alivia la tensión muscular, favorecen la
oxigenación y facilita el sueño.
– Regula tus expectativas, considerando el contexto de mayor sobrecarga.
– Aprende a priorizar, delegar, dejarse ayudar, aprender a pedir, confiar y
agradecer.
– Apóyate en agendas y recordatorios, practica la tolerancia y flexibilidad en
caso de cambio de planes.
– Evita compararte y competir con otros. La percepción de injusticia y
desventaja, va en desmedro de la efectividad que se busca.
– Céntrate en el presente y valora lo que se va haciendo y no lo queda por
hacer.
– Trasforma lo que faltó hacer, más que en una queja en nuevas intenciones
para el próximo periodo.
Medita y olvídate de todo
Otra opción para controlar el estrés que pueda producir el fin de año, es practicar disciplinas que fomenten la meditación y/o relajación como el Yoga, Pilates o Tai Chi.
Este último, ha demostrado efectos en la prevención y mejora de estados de angustia, ansiedad y depresión, siendo esta técnica un buen complemento del tratamiento psicológico.
“La armonía de los movimientos de Tai Chi va produciendo un bienestar contemplativo que puede transformar un estado de ánimo negativo producto de situaciones contingentes, en uno positivo basado en una autoconciencia estabilizadora. De esta manera el estrés es superado por un estímulo unificador que produce la práctica sostenida de Tai Chi”, explica Sergio Huneeus, docente de la Escuela de Psicología de la U. del Pacífico e instructor 5° Dan Tai Chi Kong de la Martial Arts Federation de China.
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