La alimentación no debe ser la misma para una persona que fuma y para otra que no, ya que el fumar tiene consecuencias graves en cómo nuestro cuerpo recibe los nutrientes, por lo tanto, estos no reaccionan de la misma manera.
Así lo explica un informe llamado Impacto del consumo de tabaco sobre la alimentación y la nutrición. “Se ha comprobado que reduce la percepción de sabores y olores, puede producir carencias nutritivas, incrementar las necesidades de nutrientes, alterar los efectos nutricionales esperables de diversos alimentos, potenciar la acción cancerígena de dietas inadecuadas o aumentar del riesgo de padecer enfermedades crónicas”, resume.
Es por esto que expertos entregaron a el periódico El País detalles de lo que el menú de un fumador debería tener.
Giuseppe Russolillo, presidente de la Academia Española de Nutrición y Dietética, señala que “un fumador debería comer alimentos ricos en vitamina C, tanto frutas (naranja, mandarina, pomelo) como verduras (pimientos), reducir las carnes rojas y no consumir nada de alcohol”.
Además sugiere aumentar el consumo de vegetales, productos integrales de grano entero, frutas, verduras, hortalizas, frutos secos y legumbres, ya que estos contienen sustancias bioactivas o fitoquímicos, que reducen el riesgo de padecer algunas enfermedades.
Por otro lado, el alcohol debería estar prohibido para un fumador ya que, “asociado al tabaco, es un factor que multiplica exponencialmente el riesgo de tener cáncer”, señala Russilillo.
Una bebida recomendada es un batido de fruta o verdura, “pueden ser un buen complemento porque son una bomba de fitoquímicos vegetales y una fuente muy rica de vitaminas y minerales. Eso sí, un solo vaso y acompañando una comida para evitar el efecto adverso que tomar las frutas y verduras bebidas”, indica el experto.
Estos consejos también sirven para una persona que vive en una ciudad contaminada “una dieta rica en fitoquímicos vegetales, una dieta en la que reduzcamos la presencia de alimentos de origen animal, donde bebamos agua e intentemos no tomar alcohol será una gran aliada para combatir la polución ambiental que respiramos y que contribuye a aumentar la oxidación y el riesgo de padecer un proceso carcinogénico”, dice Giuseppe.
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