Se sabe que los riesgos de sufrir un aborto espontáneo durante los primeros tres meses de embarazo es bastante alto. Es por esto mismo que muchas mujeres deciden no contar al mundo que están embarazadas, hasta que al menos haya pasado este tiempo.
Y es que cuando una mujer sufre un aborto involuntario, suele vivir ese duelo en silencio, porque es común que su entorno tienda a minimizar el hecho con frases tan desafortunadas como: “No estés triste, es algo que sucede muy a menudo”, “al menos no fue en un estado avanzado de gestación” o ” No era un bebé de verdad”. Sin embargo, los expertos coinciden en que estos procesos emocionales, que son complejos y muy personales, se les debe dar la importancia que merecen, para así poder sobreponerse.
Quien bien sabe de esto, es la bailarina Maura Rivera, quien contó en “La hora de la verdad” del programa “Vértigo” de Canal 13, lo mal que lo pasó cuando perdió a su hija con tan solo tres meses de gestación.
“Una de las penas más grande que he tenido, por lo que más he llorado, fue por perder una guagua (…) Era mujer y era mi hija, tenía tres meses y se me vino el mundo abajo”, dijo Maura en la instancia más íntima del programa, al recordar uno de los momentos más difíciles de su vida.
“Llore, me cuestioné, me culpé. Porque uno tiende a culparse, si hice algo mal, no sé. Son cosas de la naturaleza que pasan y aunque pasan mucho, uno nunca piensa que le va a pasar. Y cuesta entender que esa guaguita no tenía vida” confesó la ex chica de Rojo, agregando que, “es fuerte cuando te dicen ‘lo hacemos como aborto espontáneo o te hacemos raspaje’. Y uno dice, ‘¿qué está pasando? Esto no estaba en los planes’“.
En cuanto a las diferencias en cómo los hombres y las mujeres viven situaciones como estas, Maura aseguró que, “las mamás yo creo que sentimos más. No quiero desmerecer a los papás, pero nosotras somos quienes llevamos a los hijos en el vientre. Yo lo pase mal (…) Pero se sale adelante, aunque se vive con ese recuerdo por siempre. La pena se pasa pero hay que vivirlo. Y es un duelo que hay que vivir porque es tu hijo”, dijo.
Finalmente, la pareja de Mark Gonzales recordó que quién le devolvió la alegría fue su hija Luciana, que actualmente tiene tres años.
“Yo le digo mi niña arcoíris porque vino después de una pérdida. Viví con miedo todo el embarazo, quería sentirla todos los días, hasta que llegó y me volvió la alegría y la esperanza de que después de la tormenta sí sale el sol. Luciana es mi niña, mi adoración, es mi reflejo”, finalizó.
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