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Mitos y verdades sobre el suicidio en estudiantes

El Ministerio de Salud elaboró una guía descargable que incluye pautas para que profesores y padres detecten factores de riesgo y conozcan los métodos para abordarlos.

Por Francisca Quezada

Según informa La Tercera en Chile, el suicidio es la segunda causa de muerte en jóvenes entre 10 y 19 años. Y por cada joven que pone fin a su vida, hay otros 20 que lo han intentado y 50 que lo han pensado.

Es por esto que el Ministerio de Salud elaboró la primera guía, para la prevención de suicidio en espacios escolares, que entrega pautas y estrategias para detectar factores de riesgo en los jóvenes y actuar correctamente frente a ellos.

El documento fue elaborado con la colaboración de varios expertos y padres de adolescentes víctimas de esta conducta, como es el caso de Emmanuel Pacheco, padrastro de Katherine Winter, quien decidió terminar con su vida con solo 16 años tras ver sido víctima de bullying escolar.

“Uno de los mejores lugares para percibir estos factores son los colegios. Además, todas las personas que están en contacto con un adolescente pueden levantar una alerta y protegerlos, por ello el objetivo es educar a quienes tienen relación con ellos”, explicó la subsecretaria de Salud Pública, Paula Daza.

Según Daza, dos de cada 10 estudiantes chilenos presenta algún trastorno mental, “por eso esto es tan importante y nuestro desafío es alfabetizar en salud mental”.

¿Verdadero o falso?

El documento, entre otras cosas, identifica algunos mitos y verdades en relación al suicidio en estudiantes que aclara a continuación.

“Si se quiere suicidar, no lo dice”

Falso. La mayoría de quienes se suicidan han advertido sus intenciones.

“Quien dice que se va a suicidar, no lo hace”

Falso. Las personas que piensan en suicido suelen encontrar la forma de comunicar su dolor, a menudo hablando en forma indirecta sobre sus intenciones.

“Si se hubiese querido matar, utiliza un medio más letal”

Falso. El método elegido para el suicidio no refleja los deseos de morir de quien lo utiliza.

“Quienes intentan suicidarse, solo intentan llamar la atención”

Falso. Son personas que sufren y no encuentran otra alternativa, salvo atentar contra su vida.

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Señales de alerta

Además el documento advierte sobre algunas señales de alerta directas o indirectas que deben encender las alarmas, como:

– Buscar modos para terminar con la vida

– Búsqueda de información en internet, intentar acceder a armas o pastillas y planear el suicidio, como el lugar o el medio.

– Realizar actos de despedida

– Se distinguen acciones como enviar cartas o mensajes por redes sociales, dejar regalos o hablar como si ya no fuera a estar presente.

– Conductas autolesivas

– Autoinfligirse cortes, quemaduras o rasguños en partes del cuerpo.

– Describir deseos o situaciones complejas

– Hablar sobre un deseo de morir, herirse o matarse. Describir sentimientos de desesperación o de no existir razones para vivir. Sensación de sentirse atrapado o sufrir un dolor que no puede soportar. Ser una carga para otros o el responsable de todo lo malo que sucede.

– Advertencias indirectas

– Alejamiento de la familia, amigos y redes sociales. Se aísla y deja de participar. Caída en rendimiento académico. Cambios de carácter, ánimo o conducta. Deterioro de la autoimagen. Cambios en los hábitos de sueño o alimentación. Mostrar ira, angustia incontrolada o hablar sobre la necesidad de vengarse.

Factores de Riesgo

La guía también incluye seis factores de riesgo a considerar:

1. Intento suicida previo

Casi un tercio de las personas que cometen suicidio habían tenido un intento previo. Y mientras más graves los intentos y la intención de ocultarlos, mayor es el riesgo.

2. Trastorno mental.

Se estima que el 22,5% de los niños y adolescentes en Chile presenta algún trastorno mental, sea depresivo bipolar, esquizofrenia, consumo de alcohol y drogas o conductual. Estos son uno de los mayores factores de riesgo.

3. Conductas Autolesivas

Son actos intencionales de daño sobre el propio cuerpo, sin clara intención de acabar con la vida, que buscan aliviar el malestar psicológico de la persona. No es un trastorno, pero alerta un problema de salud mental.

4. Acoso escolar y ciberacoso

Según cifras del Mineduc, uno cada 10 estudiantes ha sufrido acoso escolar, y de ellos, casi un 25% sufre algún tipo de agresión a diario. Esas conductas aumentan la vulnerabilidad de los estudiantes.

5. Uso de alcohol y drogas

Estos elementos son usados por jóvenes como “automedicación” para aliviar dolores emocionales por situaciones conflictivas, impidiendo su adecuado afrontamiento, lo que afecta más su estado de ánimo.

6. Rendimiento y disciplina

Situaciones complejas como un bajo rendimiento o repitencia, sanciones disciplinarias como la suspensión o la expulsión, junto con el temor a la reacción de los padres actúan como precipitantes de la conducta suicida.

A su vez, el análisis plantea que a los estudiantes provenientes de pueblos indígenas, migrantes o que se identifican como lesbianas, gays, bisexuales, trans o intersex (LGBTI) se les debe prestar especial atención, por presentar una mayor vulnerabilidad asociada a factores de riesgo dados por la exposición a discriminación.

Revisa la guía completa acá.

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