Según un estudio de investigadores franceses, consumir más de una lata de refresco al día o fumar más de un paquete de cigarrillos, así como beber alcohol de forma moderada aumenta el riesgo de padecer la conocida como enfermedad del hígado graso.
El estudio se ha presentado en una conferencia científica sobre esa patología que se celebra hasta mañana viernes en el Instituto Pasteur de París (Francia).
Los organizadores del congreso explicaron en un comunicado que, por el contrario, practicar una actividad física al menos dos horas por semana, incluso sin hacer régimen o perder peso, tiene un efecto protector, al igual que tomar más de una taza de café al día.
Según el profesor del hospital universitario de Estrasburgo (Francia), Lawrence Serfaty, al margen de los factores de riesgo metabólico como la obesidad o la diabetes, que ya se conocían, ahora se ha demostrado que “los factores medioambientales tienen también un papel importante en la génesis de las lesiones hepáticas”.
Por eso Serfaty dijo que para proteger el hígado de forma general habría que “abstenerse de consumir alcohol y refrescos, y beber al menos dos tazas de café no descafeinado”. “Para las personas con sobrepeso -añadió-, no se puede más que aconsejar perder peso, pero sabemos muy bien que eso es a menudo difícil”.
Sin embargo, más allá de esa cuestión de los desarreglos alimentarios, insistió en alentar la práctica de una actividad física regular.
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