Cecilia Bolocco, la diva y reina de corazones, como le pusieron algunos, no tiene la vida glamorosa y éterea que imaginamos. La animadora es de carne y hueso, como todas, una mujer y madre que ha tenido que lidiar con el machismo, el bullying, los pelambres y también contra su propia autocrítica, la más dura por lo demás.
La soberana, que lucha contra los años, el peso, la soledad y que alguna vez vivió en carne propia la discriminación por ser mujer y un ícono de la belleza, conversó con nosotras durante el lanzamiento de la campaña de P&G, y nos confesó cuáles son sus secretos mejor guardados, esos que la mantienen tan radiante y que le permiten estar viviendo su mejor momento.
Los cuidados de una reina
¿Cómo te mantienes tan estupenda?
Haciendo cosas que me apasionan. Que me entretienen. Procurando ser feliz. Cuando uno está bien se alimenta bien y el cuerpo funciona mejor. La salud es parte de los que uno irradia. Además hice veinte años de ballet clásico y hago mucha elongación todos los días, porque tengo problemas en la columna desde chica. Pero no hago nada más, me carga el gimnasio.
O sea es pura genética…
La verdad es que me alimento muy bien. No como nada frito, como mucho pescado, mucha palta. También litros de aceite de oliva, mucha fruta, verduras y agua, que antes no tomaba. Me encanta el carpaccio y el salmón que preparo yo, y me queda espectacular.
¿Cuáles son tus productos infaltables de belleza?
Mira, no soy de las que se maquilla mucho en el día a día, pero cuando lo hago amo MAC. Los encuentro espectaculares. Y mi pelo me lo cuido con Pantene, me lo lavo cada dos días para que se mantenga.
¿Y algún secreto infalible?
Descubrí que tomar agua es lo mejor. Yo no tomaba antes y ahora que lo hago me ha cambiado el pelo, la piel. Vivimos en una ciudad súper seca, entonces hay que hidratarse.
¿Tienes alguna rutina para cuidar tu rostro?
Para nada. Soy lo más al lote que hay. Me echo crema porque tengo la piel muy seca, y alterno entre una de La Mer y una de Filorga. La verdad es que estoy toda arrugada, tengo 50 años. No estoy tan bien como ustedes me perciben, pero lo que pasa es que me siento bien.
¿Te perturba el tema de la vejez?
Mira, muchas mujeres a mi edad creen que la vida ya terminó, que vienen de bajada, que lo que se sembró hay que cosecharlo. Pero la vida sigue, uno sigue sembrando. Una vez un amigo me dijo que uno envejece cuando los recuerdos son más grandes que los proyectos, y yo estoy llena de proyectos. Entonces vivo la vida así, no pienso en cuanto me queda, sino que agradezco.
Pero en caso de ser necesario, ¿te harías una cirugía para corregir arruguitas, por ejemplo?
Nada. Ahí están mis arrugas no más, jaja. Además el problema no es tener arrugas, es cuando todo se cae. En todo caso, encuentro fantástica la cirugía. Por ejemplo, ahora con el tema de mis ojos, que me pesan, me han dicho que por qué no me opero los párpados. Pero me da mucho miedo.
Reconciliarse para avanzar
Siempre has contado que te costó llevar el estigma de ser Miss Universo ¿Por qué?
Sí. Cuando me coronaron lo primero que pensé fue ‘Dios mío y ahora que voy a hacer’, porque es como si te pusieran a fuego el estigma. Sufrí, tiré todo, la corona, el trofeo, porque no quería seguir siendo identificada con aquello. Incluso una vez, años después, Gonzalo Bertrán me dijo ‘tú no puedes ser la más linda e inteligente… te van a odiar’. Era muy fuerte cargar con eso.
¿Y qué pasó después?
Nada. Me reconcilié. Hoy me siento muy orgullosa. Aquello que en su momento me molestaba tanto, dije bueno es parte de mi historia, la acepto, la quiero.
¿Hay algo de lo que te arrepientas?
Sí, me arrepiento de haber perdido mucho tiempo afligiéndome, exigiéndome mucho, castigándome. Tuve un peso y una presión muy grande desde chica, la muerte de mi hermano, ser hija mayor. Entonces pensaba que tenía que hacerlo todo bien y no me podía equivocar. No me permitía nada. Uno así puede obtener muchos logros, pero a un costo muy alto. Ahora entiendo que uno en la vida obviamente se va a equivocar, y tiene que permitirse eso. Nunca se acaba el mundo.
Y ahora, ¿qué es lo que más te gusta de ti?
Lo que más me gusta es que yo ya me acepté. Eso que hacía antes de tratar de hacer todo perfecto y de no equivocarme es imposible. Entonces ahora cuando me equivoco, me río. He sido siempre tan autocrítica que cuando dejé de hacerlo me dio tanta tranquilidad.
Máximo, su gran orgullo, y el amor, su gran deuda
Te vimos en la última Teletón muy bien acompañada de tu hijo…
Si, él quiso acompañarme. Y me di cuenta de que es un niño con tanta conciencia social, siempre tan preocupado de los demás. Se da cuenta de lo que pasa a su alrededor, él ve el mundo. Yo lo admiro muchísimo.
Es el hombre de tu vida, porque otro no ha podido entrar en tu corazón…
Yo soy una mujer que ama mucho, pero no he encontrado a ese hombre. Quizás si va a aparecer.
Pero ¿cómo podrían conquistarte?
No soy tan compleja como piensan. Lo único que tengo claro es que no quiero complicarme la existencia, entonces encontrar un hombre de mi edad tan liviano de equipaje como yo no sé si es tan fácil.
El presente y sus sueños
Después de haber hecho tantas cosas en televisión, ¿qué es lo que te gustaría hacer ahora?
Me gustaría hacer algo con sentido, que valga la pena, que sea entretenido. Yo solo hago cosas que me apasionan, no me gusta hacer cosas por hacerlas. Además, tengo una experiencia de tantos años en esto que me fluye fácil, por eso si se puede hacer algo para pasarlo bien, que tenga contenido, sea lúdico y aporte a la gente, bienvenido sea.
¿Tienes algún sueño?
Estoy con hartas cosas, pero siempre estoy llena de sueños. Necesito hacer cosas que me apasionen. Lo mejor es que ahora cuando miro hacia atrás, y veo donde estoy, pienso que no he ido dejando cosas pendientes. He vivido mi vida. Me he equivocado, por Dios que me he equivocado. Me he caído, me han descuerado, pero ha sido mi vida.
COMENTAR