Se fue siguiendo un sueño: instalar un hotel boutique en la isla. Fran Ayala agarró maletas hace unos meses y se fue junto a Hotuiti Teao, su marido, y su hijo más pequeño a construir el Hotel Hare Nua.
“Llevo casi cinco meses acá sacando adelante el hotel. Seguimos trabajando, pero ya estamos funcionando y nos ha ido súper bien, estamos en plataformas como Booking y ya hemos tenido a nuestros primeros pasajeros”, comenta la modelo a Biut.
¿Qué fue lo más difícil de ir a instalarse allá, Fran?
Lo más difícil ha sido dejar al Seba allá, mi hijo mayor. Él está estudiando Ingeniería Civil en la Adolfo Ibáñez y nada, tuvo que quedarse. Pero yo nunca me había separado de él, toda la vida hemos vivido juntos.
¿Y cómo has enfrentado esta distancia?
La verdad es que uno se pone nerviosa como mamá. Antes salía y yo lo esperaba siempre. Ahora tengo que confiar que haga las cosas bien.
¿Qué otras cosas han sido complicadas?
Mira, lo otro es que es una isla. En Santiago uno está acostumbrado a que consigue todo a cualquier hora, en cualquier lugar. Acá una cosa se demora semanas en que llegue, algo que uno necesita. Imagínate que nosotros estamos construyendo y de repente pasa que falta un tornillo y hay que mandarlo a pedir. Entonces, esa cosa santiaguina que tenemos de que todo resulte rápido acá no existe.
Una publicación compartida de Francisca Ayala (@francisca_ayalaf) el
Debe ser súper engorroso…
Es frustrante acostumbrarse a este ritmo más lento o que no haya las cosas que necesitas altiro. Pero bueno, igual tenemos muchos beneficios…
¿Cómo cuáles?
Por ejemplo, puedo ir a la playa cuando quiero, jajá. Hacer mucho deporte al aire libre, yo me traje un gimnasio completo para acá. Además, la piel está más bronceada, más bonita y la alimentación es más rica. Yo como ceviche a todas horas.
¿Vas a volver a la capital?
Sí, quiero dejar funcionando todo y después irme de nuevo a Santiago. Lo mejor es que nos ha ido espectacular, entonces estamos felices.
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