Una de las cosas interesantes que me ha tocado ver y descubrir en mi consulta es lo frustrante que es para much@s ser introvertid@. Ya que viven atrapados en ellos mismos.
No quiero decir con esto que sea mejor ser extrovertid@ que introvertid@, sino que ambos temperamentos sufren por cosas distintas. Los extrovertid@s muchas veces sufren por lo que hacen (al ser excesivamente impulsivos y poco racionales, no miden ni riesgos, ni impacto, ni consecuencias). Mientras que los introvertid@s, sufren por lo que no hacen por analizar excesivamente las consecuencias previamente a decir o hacer.
Quizás sea mi lado introvertido el que habla, pero pucha que es latero vivir acorazados, mirando desde lejos en vez de participar, tratando de mantener la fiesta en paz cuando a veces uno se muere de ganas de “dejar la cagá”, esforzándote por parecer zen cuando lo único que quieres es un poquito más de rock and roll.
No quiero decir con esto que sea mejor ser extrovertid@ que introvertid@, sino que ambos temperamentos sufren por cosas distintas.
Es que, con una manita en el corazón los introvertidos debemos aceptar que el costo de ser una persona estable y sensata es muchas veces volvernos rígid@s y aburrid@s. Así como es para los extrovertid@s, el costo de ser intensos y vibrantes el volverse inestables y algo agresiv@s.
Introvertid@s y extrovertid@s deben recorrer un camino hacia el polo opuesto para equilibrarse, a los extrovertid@s les vendrá bien un poquito más de esos pañitos fríos que tan bien saben poner los introvertidos y a los introvertid@s un poco más de la libertad y espontaneidad típicas de l@s extrovertid@s.
Conoces a algún introvertid@ que necesita un buen remezón para que pase a la acción y se atreva a expresar o hacer lo que desea o le haría bien?
Si es así compártele este vídeo que he creado basándome en la serie “13 reasons why” que le enseñará, porque es importante salir de esa prisión que solit@ ha construido.
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