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Duelo: ¿Por qué es importante darse el espacio para vivir una pérdida?

La edad de duelo, las causas de la muerte y la relación con el difunto son algunos de los factores que influyen cuando queremos superar la muerte de un ser querido.

Por Javiera Kessra

Perder a un ser querido es una experiencia que no deja indiferente a nadie. Y aunque algunos traten de saltarse este proceso, lo cierto es que los expertos recomiendan darse el espacio para vivir un proceso de aceptación emocional. Esto se conoce como duelo.

Existen distintas etapas definidas en el duelo, que van desde la negación hasta la aceptación y que no son lineales. “Por ejemplo, la edad del deudo, las causas de muerte, la relación que se tenía con la persona difunta, también influyen. Entonces, lo que se considera duelo normal para unos casos, puede ser diferente para otros”, señala Carmen Gutiérrez, jefa de la carrera de Psicología de la Universidad del Pacífico

Sin embargo, la especialista aclara que esta pérdida no solo se relaciona a un ser querido, sino también se puede ligar con la pérdida física, material o de elementos simbólicos, como el status o rango, e, incluso, al término de una relación amorosa.

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Imagen gentileza: Freepik

Por otro lado, la experta explica que estas experiencias pueden mantenerse de generación en generación. “Desde la perspectiva transpersonal y en particular desde la mirada de las constelaciones familiares, se plantea que en la medida que nuestros antepasados hayan enfrentado experiencias de muerte y pérdidas (accidentales, trágicas, abortos espontáneos e inducidos, entre otras) a las que no se les haya otorgado el espacio y reconocimiento necesario, en las siguientes generaciones esas experiencias tendrán manifestación y expresión a través de una variada sintomatología. En ese sentido, esta postura teórica enfatiza la necesidad de darle espacio y poner en su lugar todas las emociones vinculadas con el proceso de duelo”, indica.

Muchas veces existe la creencia de que sentir emociones vinculadas al duelo es algo negativo. Contrario a esto, Gutiérrez menciona que es sano y deseable que las personan vivan esos momentos y se den la licencia para experimentar ese tipo de sensaciones. “El apoyo  psicoterapéutico, independientemente de la postura teórica a la cual adscriba el profesional, tendrá el objetivo de acompañar al deudo para que transite, elabore e integre todas las emociones”, enfatiza.

Buscar ayuda profesional y estar acompañado son una de las sugerencia que hace la psicóloga y agrega que “puede ser una buena solución para profundizar, ahondar y exteriorizar las emociones que se vivencian en un espacio de contención y aceptación, un espacio de confidencialidad para el deudo”.

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Imagen gentileza: Freepik

Con respecto a las relaciones que se mantienen cuando se está viviendo un momento de duelo, la terapeuta cuenta que es indispensable tener espacios de compañía, diálogo, encuentro, respeto e intimidad. “En ese sentido, familiares y amigos juegan un rol preponderante, no solo para acompañar al deudo en su dolor, sino que también para traerlo de vuelta a la vida”, señala Carmen.

¿Cómo saber cuándo pedir ayuda?

La profesional recomienda pedir ayuda especializada cuando la persona no pueda encontrar el apoyo necesario en sus seres cercanos o cuando quiera comprender lo que le pasa. “En cualquier situación, el psicólogo acompaña el proceso, ayuda a identificar aspectos o elementos que estén dificultándolo, pero no se puede, ni se pretende evitar el dolor, ni suavizar las emociones o incidir en su duración”, acota.

Cuando hay hijos involucrados, muchas veces también los adultos o los padres piden ayuda psicológica para ellos. “Especialmente porque requieren de orientación respecto de cómo apoyar de mejor manera a sus hijos en este proceso. En este sentido, un psicólogo clínico infanto juvenil puede ayudar a niños, jóvenes, y a sus familias a encontrarse y acompañarse”, comenta.

Ahora bien, independiente de la edad del sujeto, la especialista indica que siempre se trabaja acompañando al paciente en el proceso de elaboración y aceptación de sus emociones, para llegar a aceptar la pérdida como una experiencia de vida, ayudarlo a integrarla al presente y ser capaz de proyectar y construir futuro.

Sin embargo, las psicoterapias son diferentes dependiendo de la edad del paciente. “En este sentido, la aproximación a la experiencia del duelo con los niños se realiza utilizando diferentes técnicas que permiten simbolizar las vivencias y emociones del niño. Juegos, dibujos, símbolos y cuentos son elementos muy utilizados. En el caso de los adultos, la aproximación psicoterapéutica incluye el empleo de diferentes técnicas y la gama es mucho más amplia. La diferencia es que el adulto posee la posibilidad de la palabra para referirse a la propia subjetividad”, indica

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Imagen gentileza: Freepik

Carmen Gutiérrez plantea que la experiencia de muerte es sin duda una experiencia límite, que nos confronta con nuestra propia mortalidad y el sentido de la vida. “Muchas veces, las personas que poseen creencias religiosas o que realizan prácticas espirituales de distinta índole, señalan que poseerlas les ayuda a dimensionar la experiencia por la que están atravesando, en la medida que logran darle un sentido a la experiencia de la pérdida del ser querido y de la propia existencia. En este sentido, cabe recordar que muchas veces, y dependiendo de las condiciones en las que se haya producido el fallecimiento, el hecho de que sea uno el sobreviviente y no el otro, también es un fenómeno complejo, en el que el sobreviviente se ve enfrentado a profundas dudas existenciales y muchas veces a complejos sentimientos de culpa”, finaliza la psicóloga.

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