Loreto Aravena ha tenido importantes roles en reconocidas teleseries, “Los 80”, “Pacto de Sangre, “Soltera Otra Vez”, han sido solo algunas de las producciones dramáticas donde la actriz ha participado. Sin embargo, esta última, donde interpretó a “Susy”, marcó un antes y un después en su carrera.
“Después de Soltera otra vez, me empezaron a llamar para otras cosas, con papeles que eran idénticos a Susy. Dije ‘chuta, si me sigo apretando el escote, no me van a dejar de llamar más que para este tipo de personajes”, contó a Nueva Mujer en una entrevista exclusiva, donde habló sobre el machismo, la maternidad y los prejuicios que se ha adjudicado, principalmente por la fama de pesada que dice tener.
“Cuando me di cuenta de lo grandes que podían ser los prejuicios, fue decepcionante, porque pasé de ser una persona hiperquerida y creíble, a ser una persona que se ponía en tela de juicio y que, además, ya no era tan querida”, explicó.
La chilena aseguró que, “me afectó leer comentarios feos, leer lo que pensaban de mí (…) Después pensé que la gente que me topaba en la calle no me decía ese tipo de atrocidades y la que estaba al lado mío, tampoco. Ahí dije ‘no me tiene que importar tanto lo que diga este pequeño universo de personas que hablan por redes sociales y que tienen en su avatar un monito’. Cuando me di cuenta de eso, fue como ‘no, esto no me va a tocar’ y dejó de importarme. Fue heavy darme cuenta del nivel de prejuicio y agresividad que podía tener la gente. No me había tocado, estuve muchos años invicta en ese sentido”, confesó.
Sin embargo, destacó que lo “más rudo fue leer comentarios terribles con respecto a mí como mujer. No me había tocado ese nivel de machismo”, afirmó.
En relación al machismo, Aravena contó que una de las cosas que más le ha impactado es que la gente le exprese que sus méritos no son propios.
“No me había tocado. A raíz de ser mamá y del empoderamiento femenino, me pasa mucho que parece ser que no es mérito mío. Llevo once años trabajando en televisión, he hecho mi pequeño imperio de propiedades sola, lo que me va permitir ahora dejar de trabajar, o trabajar mucho menos, y pareciera que no puede ser mérito de una mujer”, comentó.
“Cada vez que subo algo con respecto a un viaje, dicen ‘ah, es que seguramente te lo pagaron’. ¡Qué heavy, el nivel de machismo!, pero de machismo femenino, porque son más las mujeres que me escriben ese tipo de cosas. Y con respecto a la maternidad, lo mismo. Una vez subí unas cosas de Japi Jane y todos ‘¡ah!’. Sí, tengo sexo, ¿cuál es el problema?. Soy mamá, pero sigo siendo mujer también”, exclamó.
Pese a que se considera amante de la actuación, es sincera al confesar que le gustaría dejar las teleseries por un tiempo, principalmente por el tiempo.
“Soy madre separada, veo a mi hija dos horas diarias. Si le toca con el papá, simplemente, no la veo en todo el día. No sé si ella no se daba cuenta o yo me puse muy regalona, pero ahora, que está más grande, empecé a tomarle el peso a esa situación. ¡Crecen tan rápido! Quieres estar con ellos todos los días, verlos crecer y que te cuenten sus cosas”, contó.
“Quiero ser una mamá presente”
“El próximo año, mi hija entra al colegio, entonces estoy haciendo todo lo posible para dejar todas mis deudas listas para empezar a vivir de mi renta, y de las pegas que me den más tiempo (…) Estoy cerrando todo lo que me posibilite tener toda la tarde para estar con ella y saber cómo está viviendo su proceso. Mis primeros recuerdos son de Kinder, cuando tenía cinco o seis años, entonces quiero que en sus primeros recuerdos, me tenga. Quiero ser una mamá presente, como mi mamá fue en esos años”, señaló.
Loreto comenta que la maternidad le ha traído grandes aprendizajes como, por ejemplo, “que la alegría es un valor que se comparte y que genera más alegría. Siento que la Ema (su hija) me provoca alegría y yo a ella, y todo termina siendo armonía gracias a eso. Me quiere ver sonriente (…) Me dice que le encanta mi risa, a mí me encanta la de ella y nos da ataque de risa juntas”, añadió.
Pese a que se considera una persona que siempre ha valorado la vida, asevera que con la llegada de su pequeña, la valora aún más.
“Qué ganas de no morirme nunca, quiero disfrutarla todo lo que se pueda. Me ha enseñado a darle importancia a las cosas que no tenían tanta. Me ha dado puros regalos. La maternidad ha sido lo máximo”, aseguró.
Incluso, reveló que luego de convertirse en madre, los niños tomaron mayor importancia “y la educación me parece trascendental. Soy parte del directorio de la Fundación Diana, que trabaja para los niños, y también apoyo a La Caracola, que es una fundación que trabaja con los niños con cáncer del Hospital Calvo Mackenna. Las causas que me convocan más son ésas. Los niños, para mí, son intocables”, finalizó.
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