Este 2 de abril de 2018 se celebra por primera vez el Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo, luego que en 2017 la Asamblea General de las Naciones Unidas reconociera esta condición.
¿Qué debemos saber sobre esta condición? ¿Por qué es importante que todos sepamos sobre el autismo?
Varinia Signorelli, psicóloga infanto-juvenil y terapeuta formada Modelo Denver de Intervención temprana, ESDM, aclara en Supermadre.net que, “el TEA, no es una patología, es una condición con la que se nace. Si lo detectamos de manera precoz, en los primeros años de vida, se puede apelar a la gran plasticidad cerebral de esos momentos evolutivos y el trabajo que se hace puede llegar a ser de suma importancia y lograr que un niño TEA sea absolutamente funcional y no tenga mayores problemas asociados”.
La especialista dice que el gran problema que existe hoy es que, “no todos los especialistas que están cercanos a los niños desde la primera infancia, están capacitados en pesquisar TEA tempranamente. Muchas veces observan características claras y aluden a que el niño es ‘mamón’, ‘mañoso’, ‘manipulador’, etc.”. Y agrega que, “otras veces los especialistas llenan de culpa a las madres, señalando que están criando aprensivamente, entre otros comentarios poco afortunados”.
Es por esto que la sicóloga hace un llamado urgente “a todos aquellos profesionales que no saben sobre TEA, lo cual es válido porque no todos podemos saber todo, a que deriven y se hagan preguntas más allá, porque haciendo un diagnóstico precoz mejoras la calidad de vida de una persona y de una familia entera”.
TEA: Señales de alerta
Varinia explica detalladamente en el sitio de maternidad, que existen las siguientes señales asociadas a hitos del desarrollo de los bebés, nos deberían alertar para consultar a un especialista que pueda descartar o diagnosticar un posible Trastorno del Espectro Autista. Y advierte que “este tipo de diagnóstico debe darlo un neurólogo o psiquiatra”.
A los 12 meses
- No balbucea.
- No hace gestos como saludar con la mano, señalar para pedir alguna cosa o mostrar objetos.
- No reconoce su nombre ni responde cuando se le llama.
- No se interesa ni se implica en juegos interactivos sencillos, como el “cucú-tras” o similares.
12 y 18 meses
- No dice palabras sencillas.
- No responde a su nombre.
- Presenta un uso limitado o disminuido del contacto ocular.
- Ausencia de balbuceo social/comunicativo como si conversara con el adulto.
- Ausencia de imitación espontánea.
- No señala para “pedir algo” (protoimperativo).
- No mira hacia donde otros señalan.
- No enseña o muestra objetos.
- Puede manifestar una respuesta inusual ante estímulos auditivos.
- Falta de interés en juegos interactivos simples como el “cucú-tras” o similares.
24 meses de edad
- No dice frases de dos o más palabras, que sean espontáneas y no sólo repeticiones de lo que ha escuchado a los demás.
- Tiene dificultades para mantener el contacto ocular cuando se le habla, y no sigue objetos con la mirada.
- No se implica en juegos compartidos, y parece no disfrutar de la relación compartida con otras personas.
La especialista en TEA, recomienda además “una valoración exhaustiva del desarrollo si a cualquier edad parece que el niño o la niña pierden habilidades que ya había conseguido, como el balbuceo o las primeras palabras”. Y aclara que “estos factores de forma aislada no implican que el niño o la niña tengan un TEA. Son señales que deben alertar a las familias y a los profesionales del riesgo de que se presente un trastorno de este tipo en el desarrollo, y favorecer la derivación a una evaluación especializada que lo confirme o descarte”, finaliza.
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