Para muchas mujeres que se convierten en madre, la lactancia suele ser un tema complicado, no solo por las complicaciones que pueda tener con el bebé o lo doloroso que puede llegar a ser para algunas mujeres en los primero días, sino que también porque, aún vivimos en una sociedad que hace sentir mal e incomoda a las mujeres que deben amamantar en público.
Rudy es una de esas madres que, después de un año de haber parido a su hijo, sufrió una mastitis que la obligó a hospitalizarse, razón por la que decidió compartir su historia a través de las redes sociales, para que las madres lactantes estén informadas.
“Esto es una mastitis. Tras un año de lactancia materna, el pasado domingo me sentí obligada a compartir mi historia…Mi leche llegó después de cinco días…Mientras los otros bebés dormían con el vientre lleno, mi hijo gritó y lloró apegado a mi pecho durante toda la noche”, comenzó contando la mujer en su cuenta de Instagram.
“Cuando llegué a casa, empezaron a surgir problemas: mi pezón literalmente se partió por la mitad. Nunca sentí tal dolor, temía cada toma, pero lo seguí haciendo con lágrimas en mis ojos hasta que me curaron”, continuó.
Una de las situaciones más complejas para Rudy era amamantar en público, por el pudor que le generaba. “Al alimentar a mi hijo en público, o bien debía ir al baño o extraerme en casa para darle de comer con una botella. Porque sentía vergüenza como si fuera a incitar a otros. Esto dio lugar a conductos obstruidos y obstrucción mamaria. (Yo alimento libremente en público ahora, y lo llevo haciendo durante mucho tiempo. ¡Mierda, esta sociedad está al revés!)”, dijo.
“Luego vino la mastitis. Recuerdo que me desperté a las tres de la mañana estremeciéndome, poniéndome mi bata y mantas extra y tratando de alimentar a mi hijo. El dolor era insoportable. Estaba temblando y sudando pero helando hasta los huesos. A las cinco de la mañana desperté a mi novio y le dije que pensé que tenía que ir al hospital. Mi padrastro, que es médico, tomó mi temperatura y dijo que era levemente alta, pero que tomara un paracetamol e intentara dormir”, contó.
“A las siete de la mañana no había conseguido dormir y ahora estaba vomitando, él tomó mi temperatura otra vez (40 grados). Yo había desarrollado sepsis durante la noche. Esto sucedió porque no pude reconocer los signos más sutiles de la mastitis (al no apreciar ningún enrojecimiento ese día). Me llevaron a emergencias. Me dieron morfina y los antibióticos más fuertes que me podían dar, y me separaron de mi bebé por dos noches. Estaba destrozada”, finalizó la madre.
¿Qué es la mastitis?
Según explican en el sitio de maternidad español Bebes y más, “la mastitis es la infección de la glándula mamaria que provoca inflamación y la mayoría de las veces dolor, enrojecimiento, fiebre, escalofríos, dolores musculares y articulares (…) Afecta a un 10% de las mujeres que amamantan”.
Las dos principales síntomas de alertsa son el dolor al dar el pecho al bebé y sentir el pecho caliente e inflamado, con zonas enrojecidas y puedes sentir escalofríos y fiebre.
La mastitis se puede tratar aumentando la frecuencia de las tomas, aplicando calor seco sobre el pecho y dando masajes, con probióticos. Pero es muy importante asistir a una consulta médica para que tomen una muestra de leche materna y se logre identificar la bacteria que produce la infección.
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