Puede que hace tan solo un par de años atrás ser madre soltera por elección, no estaba en los planes de ninguna mujer.
Pero, sin duda, los tiempos han cambiado y las formas de hacer familia también. Por esto hoy no sería tan descabellado pensar en tener un hijo sin pareja. Es más, según informan desde la Clínica IVI Santiago, en 2018 el 20% de las pacientes que asistieron a una primera consulta, en busca de un hijo, se registró sin pareja. Lo que hace pensar que se trataría de una tendencia en alza.
¿Cómo se puede tener un hijo sin pareja?
Según explica el Eliseo Sánchez, ginecólogo de IVI Santiago, existen tres métodos, que permitirían lograr la maternidad en estas condiciones:
1. Inseminación Artificial Intrauterina con banco de semen
Este procedimiento, de baja complejidad, es recomendado para pacientes menores de 38 años, que cuenten con una reserva ovárica suficiente. Consiste en la introducción de espermatozoides (de un banco de semen) en el interior de la cavidad uterina. La inseminación se realiza con una cánula que pasa a través del cuello uterino y que permite introducir la muestra en el interior del útero.
2. Fecundación In Vitro (FIV) con banco de semen
Este tratamiento, sugerido para pacientes más cercanas a los 40 años, consiste en la unión del óvulo con el espermatozoide en el laboratorio -in vitro-, con el fin de obtener embriones ya fecundados para transferir al útero materno.
3. Fecundación In Vitro (FIV) con Ovodonación y banco de semen
Procedimiento recomendado para pacientes sobre los 45 años de edad o que presenten alguna enfermedad ovárica, que les impida utilizar su propio material genético. Este tratamiento, requiere el uso de óvulos donados, además del uso de esperma del banco de semen.
El especialista advierte que antes de someterse a este tipo de tratamientos es importante confirmar la salud reproductiva de quien desea lograr un embarazo.
“En ese punto es muy relevante la edad y salud, en general, de la paciente. A mayor edad se van acotando las posibilidades, pues los casos se vuelven más complejos. La edad condiciona la estrategia de tratamiento”, asegura Sánchez.
Las implicancias emocionales de ser madre soltera por elección
La psicóloga Daniela Vargas de Clínica IVI Santiago, dice que las madres solteras por elección, suelen ser mujeres sobre los 38 años, que han tenido parejas anteriores y que no comparten el deseo de convertirse en padres.
“Optar por la maternidad sin una pareja, no es una decisión al azar; responde a acontecimientos y la historia personal de quien decide ser madre soltera por elección”, asegura la especialista.
Es por esto, que la profesional recomienda considerar lo siguiente, antes de tomar esta decisión:
1. Reflexionar sobre esta decisión.
Evaluar cómo me afectará un posible cuestionamiento social, eventuales discriminaciones, que puedan afectar tanto a la madre como futuro hijo.
2. Trabajar en la construcción de un relato para ese hijo.
Esto, con el objetivo que le permita a la futura madre enfrentar la ausencia del progenitor. “En el espacio terapéutico preparamos a la paciente, revisando qué figura ocupará el donante, sus familiares más cercanos, etc., en la construcción de esta historia relacionada con el origen de ese hijo. Sin censurar los acontecimientos y validando las decisiones que ella tomó, para cumplir su deseo de maternidad”.
3. Definir una red de familiares y amigos cercanos que la acompañarán en su maternidad.
Establecer quiénes serán, cómo se vincularán, y en definitiva, quiénes serán parte del relato familiar de su hijo.
4. Trabajar la ansiedad en relación a posibles cuestionamientos de parte del futuro hijo.
Este temor desaparece en la medida que, durante las distintas etapas de desarrollo del niño, se ha acompañado su crecimiento con la narración verídica de los hechos.
“Contrario a los temores de las madres, son niños empoderados que entienden y validan la opción de su madre y de esta otra forma de hacer familia. Enfrentan la ausencia de un padre dándole mucho valor a sus otros vínculos familiares”.
5. Abrirse a la posibilidad de una pareja futura.
Las nuevas generaciones han cambiado su forma de pensar. La experiencia de cómo enfrentar esta decisión de maternidad en solitario, es distinta. En este nuevo escenario, las familias monoparentales tienen la posibilidad de reestructurarse, reinventarse o redefinirse en el tiempo.
De todas formas, la psicóloga advierte que se trata de un fenómeno reciente y en alza.
“Es la decisión de validar otra forma de hacer familia. Hay un cambio sociocultural claro. Y si bien, hoy todavía escuchamos a mujeres que se dan un tiempo para esperar a esa persona con la quisieran compartir su historia, creo que en un futuro, cercano, eso irá cambiando. Hoy las mujeres se están empoderando, es una decisión que más bien está sólo en ellas”, finaliza.
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