Felipe Viel, Carolina Soto, Felipe Contreras y Matilde Burgos, fueron los invitados que se enfrentaron en un nuevo capítulo de “La Divina Comida”, que dejó como ganador al actor y en segundo lugar a la cantante.
La ex chica “Rojo”, encantó a los comensales con sus platos, pero sobre todo con el relato de cuando partió a México a profesionalizar aún más su carrera.
La chilena contó que participó en una competencia en Chile donde el ganador debía ir a México. Si bien no fue la ganadora, quien obtuvo el primer lugar no pudo asistir y le cedió el puesto a ella.
“Me fui a México a un reality tipo Rojo, pero con encierro (…) Pensé ‘mi hija, ¿qué hago?’ (…) Tenía tres años. Hablé con su papá, llegamos a un acuerdo y me fui”, contó.
A pesar de que la intérprete aseguró que “me fui tranquila”, contó que su partida “fue súper criticada, muy comentada. Pero yo no la dejé botada (…) Hablaban todos los días de mí acá (en Chile) por el tema de mi hija (…) Fue súper abusado, tuve que explicarlo 299 veces y decirle al mundo que yo no la había abandonado (…) Si no está la mamá, está el papá. ¿Qué hay de malo que una mujer quiera buscar una oportunidad?”, profundizó.
“Ella sabe por qué me fui y yo le digo ‘me gustaría que si tú tuvieras que tomar una decisión así, lo hagas. Porque así puedes forjar un futuro para tus hijos y para ti misma’“, señaló.
La ganadora del programa de talentos mencionó que “cuando llegué a México me dieron la oportunidad de llamar a una persona antes de encerrarme” y lógicamente ella eligió a su hija, aunque esta “no quiso hablar conmigo porque estaba jugando. Te juro que me quería enterrar. Yo decía ‘¿qué hice?’ (…) Lloré, lloré y lloré. Me tenía que encerrar a las horas y ahí empezaba el programa en vivo”, sinceró.
“Un día llegué al límite (…) y renuncié. ‘Quiero hablar con mi hija, quiero verla’”, detalló Soto, quien aseguró que en un mes no había tenido comunicación con su retoña. Pese a la decisión de Carola, la producción no la dejó irse porque “era una de las favoritas del público, yo no sabía, ahí me lo dijeron”, detalló.
“Yo les dije, ‘pero es que yo no quiero plata, no quiero nada. Quiero hablar con ella’ y ahí me dicen ‘de ahora en adelante vas a hablar con tu hija una vez al día, todos los días. Para que te quedes’“, contó.
“Llegué a la final y salí segunda. Y después estuve tres años estudiando actuación. A mí me pagaban por estudiar, pero te exigían una asistencia, tú no podías faltar”, informó. Por esto, la cantante explicó que “tenía un permiso de viajar cada un mes y medio, estaba en Chile diez días y me iba de nuevo”, dijo.
Pese a que Soto admite que “todo tiene un costo. Yo pague uno muy importante, que fue la distancia”. Sin embargo, la chilena aseguró que no se arrepiente y que volver a México, es un anhelo que sí o sí va a cumplir.
COMENTAR