¿Cuántas veces le dices a tus hijos que se coman toda la comida? Lo más probable es que muchas contesten: “todos los días”.
Y es que muchas veces la mala relación de los niños con la comida, genera algo de preocupación en aquellas madres que ven que sus hijos no comen lo que se les da, lo que termina en chantajes, castigos y discusiones interminables con los pequeños de la casa.
Sin embargo, un estudio de la Universidad de Michigan reveló que obligar a los bebés y niños a ingerir toda la comida, podría dañar la relación entre los padres y sus hijos.
Para llegar a esos resultados, los investigadores seleccionaron a 244 niños entre 21 y 27 meses, contabilizando su peso, sexo, edad, raza, etnia, datos sociológicos, como la estructura de su familia y el nivel educativo de su madre, y recopilaron los datos en tres etapas.
Por otra parte, los participantes completaron cuestionarios donde se evaluaba la presión que sentían sobre la alimentación y el comportamiento quisquilloso en una escala del 1 al 10. Posteriormente, los estudios revelaron que obligar a los menores a comer no los vuelve más “mañosos”.
Ante esto, la doctora Julie Lumeng, directora del Centro de Crecimiento y Desarrollo Humano de la U-M y médico del Hospital de Niños C.S. Mott, explicó que, cuando se trata de los hábitos alimenticios de los pequeños, es mejor mantener un lenguaje “selectivo” en vez de “exigente”, ya que el primero no generará mayores inconvenientes en la salud de los niños.
Por esto, los expertos sugieren que “presionar a los niños para que coman debe hacerse con precaución, asegurándose de hacerlo de una manera que sea buena para la relación con su hijo”.
Por otro lado, sugiere darles a probar alimentos cada vez que puedan, incluso si al principio lo rechazan, para que poco a poco lo vean como algo diferente y le tomen el gusto. Eso sí, trata de esperar alrededor de una semana y mézclalos con algún producto que ya le agrade, de esta forma lo incentivarás a que pruebe nuevas comidas.
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