El año pasado se dio a conocer que un científico chino habría creado los primeros bebés genéticamente modificados del mundo, para que sean resistentes a ciertas enfermedades usando la técnica de edición genética CRISPR.
El investigador He Jiankui declaró haberse sentido “orgulloso” de los resultados obtenidos por su estudio. Sin embargo, el gobierno chino ordenó suspender sus actividades y abrió una investigación policial en su contra.
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Tras la investigación, el hombre de 35 años fue condenado a tres años de prisión y a una multa de tres millones de yuanes (más de 20 millones de pesos chilenos), por “haber realizado ilegalmente la manipulación genética de embriones con fines reproductivos”, según indicó la agencia de noticias Xinhua.
Esta controversia nació luego de que el científico publicara videos en Youtube, asegurando haber modificado los genes de unas gemelas, quienes nacieron sanas, a través de una fertilización in vitro con tecnología de modificación genética “que evitará que se infecten con el VIH“, indicó en esa oportunidad.
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Aparte de las gemelas, la agencia de noticias reveló que las autoridades chinas detectaron, en enero de 2019, que habría otra mujer embarazada de un niño con el ADN modificado, pero su nacimiento aun no ha sido confirmado.
Junto con He Jiankui, dos personas más fueron acusadas de ejercicio ilegal de la medicina. Ellos son Zhang Renli, condenado a dos años de prisión y a una multa de casi 7 millones de pesos y Qin Jinzhou, condenado a un año y medio de prisión condicional y una multa de un poco más de tres millones y medio de pesos, pese a que se desconoce la función que cumplían ellos en el estudio del científico.
Imagen: AP.
Según el tribunal de la ciudad de Shenzhen, se “consideró que los tres acusados no obtuvieron calificaciones médicas y buscaban fama y lucro“. Además,”violaron deliberadamente la reglamentación sobre la investigación científica y la gestión de la medicina“.
Sobre las gemelas que nacieron bajo el experimento del científico, Lulu y Nana (seudónimos), su real identidad sigue siendo anónima y se desconoce su paradero.
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